Dos cuadros de Pablo Picasso pertenecientes a la colección privada de su nieta Marina, 'Palette et tête de taureau' y 'Femme assise en robe grise', superaron este jueves en una subasta en París los cinco millones de euros (6,6 millones de dólares).

La casa Sotheby's, que incluyó esas obras en un lote de arte impresionista y moderno, detalló que ese primer cuadro, realizado en diciembre de 1938, se adjudicó por 1,4 millones de euros (1,8 millones de dólares), cantidad concorde con el precio estimado.

El segundo, 'Femme assise en robe grise', pintado por el artista malagueño en 1943, superó los 3,8 millones de euros (5,03 millones de dólares), más de 200.000 euros (unos 264.000 dólares) por encima del precio máximo que la entidad creyó que se iba a pagar por él.

Se trata de la primera vez que la nieta ponía a la venta obras de su fondo privado, y la cuantía alcanzada, según señaló hoy en el diario "Le Figaro", va a ir destinada a asociaciones de ayuda a niños y adolescentes en apuros.

Pero tal y como ha adelantado, no será la última: "Planeo vender más en el futuro para dedicarme plenamente a lo humanitario. Ser la nieta de Picasso no es un oficio. Además, ya no tengo ninguna gana de ser vista como su nieta. Realmente ninguna".

La heredera asegura en ese periódico que los cuadros vendidos hoy no tienen para ella "ningún valor sentimental", y considera que esta venta supone una primera etapa para "pasar página" y cerrar heridas del pasado.

La nieta del autor del 'Guernica' tenía 22 años cuando este murió en 1973, y ha necesitado muchos años para librarse de lo que ella denomina como la "maldición" de Picasso, al que en un libro publicado en 2001, 'Grand-Père' ('Abuelo'), acusó de haber olvidado a su familia en pro del arte.

Las "víctimas" de Picasso

En ese libro llegó incluso a decir: el genio "necesitaba sangre para firmar cada uno de sus lienzos. La sangre de mi padre, la de mi hermano, la de mi madre, la de mi abuela, la mía y la de todos aquellos que, creyendo amar a un hombre, amaron a Picasso".

Según Le Figaro, a estas alturas rememora sin cólera la lista de "víctimas" del gran pintor.

"(Su musa) Dora Maar, que murió en la miseria negándose a vender ni uno de los cuadros. (Su amante) Marie-Thérèse Walter, que se suicidó. Olga, mi abuela, lo que yo más quería de Picasso, estrella de los Ballets Rusos de Diaghilev, que abandonó todo por él y acabó su vida ridiculizada. Yo he escapado a esa maldición. Es mi combate".

Que Picasso siga omnipresente en el mundo del arte cuando se cumple el 40 aniversario de su muerte le hace tener la impresión de que no ha fallecido, y asegurar también que si estuviera vivo en la actualidad, le "encantaría" hacerle frente.

Y ella misma va a contribuir a ese aniversario con una exposición prevista a partir del 22 de junio y hasta el 27 de octubre en Cannes, "Picasso, le nu en liberté", con un centenar de obras de su colección que reflejan la presencia recurrente de los desnudos en su trayectoria.