Acaban de estrenar la tercera temporada de su «reality», «Alaska y Mario», ¿esperaban este éxito?

Si es que no esperábamos nada, teníamos como unos mínimos de audiencia que suponíamos que íbamos a cumplir, porque ahí están los seguidores de Fangoria y de Nancys Rubias, y sabíamos que nos seguirían; pero pensábamos que iba a ser algo mucho más tranquilo.

Nos enseñan su casa, sus costumbres, su nevera, ¿hay algo preparado?

Hay una cierta preparación necesaria, la producción existe, pero todo lo que se ve es real. Hacemos una especie de reunión semanal con el equipo en la que les decimos qué vamos a hacer.

Ni tan excéntricos, ni tan clásicos.

Pues es verdad, pero todo depende del punto de partida desde el que te miren. Si son muy conservadores, pueden ver cosas que no les parezcan bien; si son enloquecidos, no encontrarán nada fuera de lugar.

¿A quién le gustaría pedirle un autógrafo?

A nadie, porque me muero de la vergüenza. Yo soy bastante respetuosa con el que se acerca a mí y pienso, ¡ay!, la pobre seguro que lo que está pasando fatal... Me conformo con verlos, ¡qué manía con conocer a la gente!

¿Qué personajes podrían tener un «reality» de éxito?

Más bien hay que preguntarse quiénes no darían ningún juego para un «reality». Desde Belén Esteban a nuestra Tamarita Falcó, ¡por favor!, sería estupendo ver el día a día de Tamarita o de Letizia Ortiz, incluso las campañas de los políticos deberían ir por ahí. Si te interesa un poco la persona es algo superentretenido, me gustaría que la gente se decidiera a hacerlos a menudo.

¿Sabría a quién votar si mañana hubiese lecciones?

Creo que votaría a una opción intermedia intentado diversificar las opciones políticas. Si siempre hacemos lo mismo, de ésta no salimos, y los dos grandes (PP y PSOE) sabemos que han sido bastante desastrosos. En realidad no tengo fe en lo que voto ni esperanza, pero daríamos un giro y entraría alguien nuevo. Me gustaría que se movilizara más el panorama político.

En medio de esta crisis, ¿cómo hay que tomarse la vida?

Pues con ímpetu y con cierta noción de supervivencia. Mi vida es muy parecida a la de mucha gente ahora, ser autónomo, buscarse la vida. Yo nunca he sabido lo que va a pasar al mes siguiente, como los escritores o los actores. Dentro de las crisis hay que buscar lo que puede ser bueno, nada es para siempre, el modelo del señor que se jubila en su empresa después de cincuenta años y le regalan un reloj ha desaparecido. Todo está mutando, y este modelo ya no existe.