Su libro plantea un inquietante tema: la burla a la muerte, el sentimiento de culpa que acompaña a los supervivientes y el destino. ¿Vivimos un tiempo prestado?

Ciertamente me interesa la noción de lo que es la vida realmente y por qué suceden cosas buenas a la gente buena y el carácter aleatorio y caótico de la existencia. Nadie puede decir, con verdadera convicción, que entiende por qué estamos aquí o quién decide quién vive y quién muere, así como el por qué y cuándo. Alguien podría crear una religión en torno a estas preguntas. El asesino en este libro ha hecho algo similar. En nuestro tiempo la gente se siente con el derecho a vivir una vida larga y exitosa. Eso es algo bastante nuevo. La gente no solía tener la expectativa de morir felizmente en sus camas. Estas son las preguntas que el asesino plantea, y que siempre me han intrigado.

También reflexiona sobre la compasión ¿Cómo se evita en la novela negra caer en el maniqueísmo del bien y el mal?

La compasión es una de las pocas virtudes a la que todos debemos aspirar. Es una de las virtudes puras. Todos debemos aspirar a ser más compasivos. Pero es difícil hacerlo cuando eres un policía que caza a un asesino. La compasión puede ser enemiga de la justicia. Pero ¿qué es la justicia? Si eres una persona filosófica como McAvoy, cada día de trabajo puede estar lleno de acertijos.

Sitúa la acción en un entorno que es el suyo. ¿Debe un escritor escribir de lo que conoce, de lo que le es próximo?

Siento la escritura más cómoda sobre sitios donde en realidad he puesto el pie. Me gusta escribir de la experiencia personal. Si voy a describir una atmósfera o el entorno, quiero saber que lo hago fielmente.

¿La novela negra vive un momento dulce porque vivimos tiempos oscuros?

Los seres humanos siempre han vivido en tiempos oscuros. Vemos nuestra miseria como una aberración, pero no sé cuándo han sido buenos tiempos. No soy tan miserable como pueda parecer, me pregunto cómo hemos llegado a destruir el planeta y ser horribles los unos para los otros, cuando la mayoría de las personas parecen bastante amables y decentes.

¿Le debe algo ese ´boom´ del género a Larsson y los nórdicos? ¿o solo fue una moda efímera?

Me gustan las novelas policíacas escandinavas que he leído. Tratan temas interesantes y la escritura es hermosa y poética. Pero pienso que los pocos mejores novelistas de cada país deberían ser vistos desde una perspectiva global. Yo preferiría ser conocido como un novelista bueno de Gran Bretaña que como un novelista británico. No soy parte de un movimiento. No soy parte de un movimiento o de la escritura como parte de algo más grande que yo. Estoy seguro de Larsson y Mankell y Nesbo sintieron o se sienten de la misma manera. De lo que se trata es de escribir buenas historias.

Dicen también que la novela negra es la mejor crónica de actualidad. Su experiencia como periodista de sucesos ¿qué perspectiva aporta al género?

Escribir sobre crimen me permite profundizar en las áreas que me fascinan. Me encanta desentrañar lo que hace que la gente se comporte como lo hace. Trato de incorporar mi experiencia para que mis personajes se comporten de manera creíble.

Corren malos tiempos para el periodismo...

El periodismo está muriendo. No es un trabajo al que animo a la gente a entrar. Siempre vamos a necesitar gente para averiguar cosas pero la idea de un periodista como un respetado investigador esforzándose por exponer la corrupción se siente como una cosa del pasado. Los periódicos están demasiado preocupados por complacer a sus dueños y mantener los contactos políticos y los ingresos de la publicidad, aunque todavía hay algunos blogueros comprometidos con encontrar la verdades que importan.

Usted sostiene que la temática negra, la acción y la dureza de los crímenes -y en su obra son especialmente crudos- no están reñidos con la poesía.

Las palabras son un instrumento y podemos usarlas como queramos. Yo prefiero describir la crueldad con una cierta belleza. Creo que la poesía puede ser igual de importante describiendo una mancha de sangre como describiendo una rosa.