Concluyó una Feria Taurina de Málaga que en este año 2013 estrenaba formato, con menos corridas. Ocho espectáculos componían el abono que presentaba José Cutiño en un estreno como empresario que debe considerarse como positivo en líneas generales. Así, en lo que a público se refiere, aún no colgándose ninguna tarde el cartel de no hay billetes, sí que hubo entradas aceptables en conjunto. También se aprobó el capítulo ganadero, aunque el desarrollo de la feria en general ha sido un tanto desigual. Así, el porcentaje de toros que han facilitado el triunfo a sus lidiadores ha sido superior al de años anteriores, lo que ha posibilitado también que se corten más orejas.

Tras un exitoso Certamen Internacional de Escuelas Taurinas, con un nivel ligeramente inferior que el de años anteriores y que ganó el alumno peruano de la escuela de Málaga Joaquín Galdós, la novillada con picadores de Santiago Domecq no dio el juego que se esperaba. Sólo el lote de Fernando Rey se dejó, y el torremolinense lo aprovechó para pasear una meritoria oreja de cada uno de sus oponentes. Luis Rivera y José Garrido, por el contrario, se estrellaron con reses sin posibilidades.

Pero para nulas posibilidades las de la corrida de Fuente Ymbro. En el inicio del denominado Desafío Ganadero, regresaba una corrida que no se lidiaba desde 2005 en nuestra capital y que constituyó el mayor fracaso posible. Parados y sin raza, terminaron por desesperar a sus lidiadores, Iván Fandiño, Daniel Luque y sobre todo Salvador Vega, que no pudo celebrar con el triunfo soñado su décimo aniversario de alternativa.

Afortunadamente, el devenir ganadero dio un giro total al día siguiente con una corrida de Victorino Martín que cumplió mucho más de los esperado. Incluso hubo un toro de nota, Trementina de nombre, que cayó en manos de Javier Castaño. No obstante, el triunfador de la tarde fue Antonio Ferrera, la gran revelación de la feria al cuajar excelentes actuaciones tanto en ese mano a mano como posteriormente en la sustitución de Morante de la Puebla el viernes.

Esa línea ascendente de la feria alcanzaba su cota máxima el miércoles 21 con la primera apertura de la Puerta Grande. Juan José Padilla desorejó a un toro de Jandilla en un festejo que tuvo polémica por la mañana al no sortearse y determinarse directamente los toros y ganaderías que torearía cada espada. También brilló El Juli esa tarde con los de Garcigrande, cortando dos orejas en cada toro; mientras que Talavante sólo pudo dejar detalles con los de Zalduendo.

Esa misma ganadería, que en esa actuación había estado discreta, ofreció una dimensión mayor al día siguiente, cuando remendaba los toros de Torrealta, que también facilitaron la labor de los espadas. Esa debería haber sido la primera comparecencia del malagueño Jiménez Fortes, pero una cornada un día antes en Bilbao le convirtió en la gran ausencia junto a la previamente conocida de Morante. Entró en el cartel El Cid, que paseó una oreja al igual que El Cordobés y El Fandi en una corrida de corte triunfalista y con muy pobre contenido artístico. Por el contrario, se trató de la corrida mejor presentada de toda la feria.

Aún sin cortarse tantos trofeos, la corrida de Victoriano del Río lidiada el viernes tuvo más contenido. Y eso que los animales no sirvieron, a excepción del cuarto toro, de gran calidad. Esa fue la consolidación de Ferrera, para el que incluso se le solicitó una segunda oreja que el palco no concedió. También pudo haber tocado pelo El Juli, pero los aceros le jugaron una mala pasada. En el aspecto negativo, José María Manzanares no pareció estar al nivel de temporadas anteriores. Esta fue la corrida con mejor entrada de la feria, rozándose el lleno.

Así, se afrontaba una recta final de un abono que en lo que se refiere al sábado 24 presentaba muchas alteraciones en cuanto al cartel original. La empresa anunció que Finito regresaría en el lugar de Fortes, pero lo que no se esperaba es que Manzanares se cayera del cartel de madrugada por un esguince de tobillo. Se optó por darle una oportunidad a un joven valor como es David Galván, que paseó una oreja. Pero el triunfo fue para el superviviente del cartel, Enrique Ponce, que cortaba dos orejas y salía a hombro con reses de Juan Pedro Domecq. Esa actuación fue premiada con el trofeo Capote de Paseo que concede el Ayuntamiento de Málaga.

El epílogo de rejones continuó el tono triunfalista iniciado un día antes, y supuso la salida por la puerta grande de Andy Cartagena, que se impuso a los teóricamente grandes del escalafón: Pablo Hermoso de Mendoza (que también tocó pelo) y Diego Ventura.

Con esa imagen se cerraba una feria que supone un aire fresco para la afición de Málaga. Así, aún habiendo aún muchos aspectos en los que mejorar, la sensación generalizada es que la empresa Coso de Badajoz ha realizado las cosas correctamente y tiene margen de mejora.