De la suma de las partes, cuando los factores se llaman Antonio Cortés y Javier Limón, ha surgido un álbum de copla en el que sus respectivos talentos como intérprete y productor se han vigorizado mutuamente para alumbrar un disco "personal" y "de voz, como de Frank Sinatra".

Lo dice en una entrevista con Efe el afamado responsable de joyas discográficas como 'Lágrimas negras', que recibió el encargo de producir el tercer álbum de este joven malagueño, 'Los secretos de la copla' (Warner Music), que sale mañana a la venta e incluye una versión de "Señora" de Rocío Jurado.

"Para hacer ese tema, hay que cantar muy bien. Para mí este es un disco de voz, como de Frank Sinatra, así que mi objetivo como productor ha sido no molestar demasiado a Antonio", destaca Limón, modesto y sorprendido del alto grado de sofisticación de Cortés.

El disco se abre con una copla compuesta por el productor y dedicada a una de sus "obsesiones", la bailaora Carmen Amaya, de cuyo nacimiento en breve se cumplen 100 años. El resultado no desentona con el repertorio más clásico hasta el punto, destacan, de que mucha gente cree que es una versión.

Comienza por tanto con la melodía más nueva y se cierra con la más vieja, una interpretación a capela de "La golondrina", escrita en 1862 por el mexicano Narciso Serradell e incluida en la banda sonora de la película "Grupo salvaje", de Sam Peckinpah.

"Si Antonio canta 'Michelle' de los Beatles, suena a copla", destaca Limón, que ha probado el arte del intérprete en piezas singulares.

"Los secretos de la copla" rescata tesoros poco conocidos del género, especialmente de la primera mitad del siglo XX, la que más interesa a Limón frente a la copla "de peineta barata" de la segunda mitad.

Versión de 'Señora' de Antonio Cortés

Así suenan "La rosa y el viento", que interpretara Miguel de Molina, o "¡Ay, mi Dolores!", que compuso el maestro Quiroga para el Príncipe Gitano.

"Javier me ha exprimido y he descubierto estilos en los que no me veía", destaca Cortés, que se ha atrevido también con boleros como "Piel canela" o "Somos".

Detrás hubo un gran trabajo de investigación de los intérpretes originales y de sus intensas canciones, "para nada indolentes", cuyo sentimiento interiorizó Cortés y desplegó con precisión en tomas válidas a la primera.

"Hemos buscado gente que no hacía copla pero que sufría como si la hiciera y creo que esos han sido los auténticos secretos de este disco", afirman, con el ejemplo del "Alma mía" de Bola de Nieve.

El resultado final es para Cortés el más "completo y distinto" de su carrera. "No me gusta escuchar mis otros discos, porque veo que siempre falta algo, lo que no me pasa con este", destaca el cantante, que actuará el 7 de diciembre en el Teatro Cervantes de Madrid.