Filarmónica de Málaga

Compañía: Obras de Rodrigo, Arriaga, Chapí, Granados, Carnicer y Giménez

Director: Jon Malaxetxebarria Solista: Rafael Aguirre, guitarra

Considerando la recurrencia de las obras para la segunda parte del primero de los conciertos del ciclo La Filarmónica Frente al Mar, lo cierto es que entre el peso del maestro valenciano Joaquín Rodrigo y el casi olvidado Ramón Carnicer, median dos siglos de música eminentemente española. Música permeable y abierta a las influencias estilísticas del resto de escuelas europeas. Algo que apreciamos en Arriaga en su famosa obertura de Los esclavos felices, con su estilo italianizante; o en ciertos matices galos en el famosísimo Concierto de Aranjuez. Como no podía ser de otro modo, la música española atrae especialmente a los aficionados malagueños, y llenó el Auditorio Edgar Neville para el primero de las citas con el ciclo que inaugurara, en la temporada pasada, el maestro Edmon Colomer.

Este ciclo, paralelo a la temporada de abono de la Orquesta Filarmónica de Málaga (OFM), resulta atrayente por tres claves reseñables: programa, intérpretes y entrada. Justamente estas razones perfilaron el éxito de este primer concierto; por un lado el precio de las localidades, más que asequible, un repertorio del que se extrae los más divulgado; y finalmente, donde quizás esté el atractivo para el melómano más serio, destaca el atractivo de la experiencia de la OFM con jóvenes intérpretes, que encuentran en estas citas un punto de encuentro con el público.

Joaquín Rodrigo, gran exponente de la música española, ahondó en las fuentes de la música española, a pesar de su neocasticismo, su obra rebosa cierto sabor a antiguo. En la tarde pasada, una poco conocida página orquestal y su mítico concierto para guitarra centraron la primera parte del concierto bajo la batuta del director vasco Jon Malaxetxebarria. El Adagio para orquesta de instrumentos de viento se estrenó en el sesenta y seis pasado por la sinfónica de Pittsburgh, su principal atractivo radica en la particular plantilla, tan sólo viento y percusión; en cierta forma homenajea la tradición levantina. Malaxetxebarria contrapuso el sentido melódico de los temas introductorio en contraposición al carácter rítmico e incisivo del segundo de los motivos.

Guitarrista

Profesor de la Hochschule de Düsseldorf, el guitarrista malagueño Rafael Aguirre, destaca por transformar la técnica para su instrumento en toda una experiencia para el oyente, lejos de los artificios o las pequeñas trampas con las que algunos disimulan en los conciertos, la guitarra de Aguirre es impecable, ondulante y llena de color. No es extraño que en su interpretación del Concierto de Aranjuez, de J. Rodrigo, las notas negativas procediesen del teléfono que reiteradamente violó la primera y segunda cadencia del conocido adagio. Sin embargo, el solista andaluz, incompresiblemente desconocido por el público de su ciudad natal, justificó ampliamente el encuentro complementado por la batuta de Jon Malaxetxebarria; claro en la exposición de los motivos y cómplice con los tiempos que estructuran Aranjuez.

Tras el descanso, la OFM y el director vasco desgranaron una amplia selección de piezas donde el carácter lúdico y vibrante alegra al auditorio más reticente. Pese a todo, destacar el buen trabajo de los profesores de la Filarmónica, la inolvidable actuación de Rafael Aguirre y la interesante batuta de Jon Malaxetxebarria.