¿Qué aporta esta versión musical de ¡Ay, Carmela!?

Un espectáculo que sorprende a los que ya conocen ¡Ay, Carmela! Nos basamos en la obra teatral, aunque esta versión musical tiene más similitudes con la película. Hay saltos hacia el pasado y el presente para explicar lo que ocurrió con Carmela. Seguro que al público le gusta y le emociona esta versión.

¿Le asusta ser la protagonista de un musical como este?

No, ya actué en Hoy no me puedo levantar y he cantado en varias películas. Ahora me meto en la piel de Carmela, una comediante que va por los pueblo vendiendo su espectáculo de variedades en un momento en el que España no está para muchas alegrías. Canto once temas, entre ellos Suspiros de España y Café de chinitas, así como los que han compuesto para este musical Víctor Manuel, Vanesa Martín y Pedro Guerra.

¿Qué supone para usted interpretar este papel?

Un regalo, ¡Ay, Carmela! es una obra universal de nuestro país. Refleja muy bien un momento de la historia de España y de nuestra profesión. Además, antes que yo han interpretado este papel actrices como Carmen Maura, Kiti Mánver y Verónica Forqué, a las que admiro mucho. Ha sido un reto porque el listón estaba muy alto pero soy una mujer atrevida a la que le gusta el riesgo.

¿Cree que el teatro español aborda la historia reciente de este país?

No hace falta que se hagan obras específicas para ello, hay clásicos que tratan asuntos universales. No necesitan que se contextualicen. Amor, odio, venganza, celos... Hay temas que por desgracia no han cambiado tanto. Por eso son atemporales y han pasado a la historia. Hay funciones en las que sólo hace falta cambiarle los ropajes a los personajes para que parezca que se han escrito ahora.

A la vez que actúa en teatros se le puede ver en televisión en la serie Aguila Roja... Parece que trabajo no le falta.

Sí, la serie se está emitiendo ahora y nosotros empezaremos a rodar de nuevo en noviembre. También estoy haciendo bastante cine, tengo varios proyectos. Pronto estreno una película de Javier Ruiz Caldera, Tres bodas de más. Ha sido la única cinta española que ha participado en el Festival de Venecia. Ha tenido éxito y mucha repercusión.

¿Cómo valora la ficción que se hace actualmente en las televisiones de España?

Las cadenas tienen sus circunstancias, deben conseguir unos datos de audiencia. En España no siempre se cuidan las series como se debe y hay cierto maltrato aunque estamos en un buen momento. Cuando era pequeña sólo existían una o dos series españolas y ahora hay algunas de mucha calidad, como Isabel o Gran Hotel. Otras interesan menos pero el camino es bueno.

Los últimos datos del cine español son desalentadores, ¿qué opina usted desde dentro?

La situación es complicada, da miedo. Desde que vivo en Madrid varias salas de cine de la Gran Vía han pasado a ser tiendas de ropa. Me da pena, tengo la sensación de que están acabando con una profesión que no sólo incluye a los actores. No se cuida la cultura en nuestro país cuando es importante que la gente pueda soñar. Este trabajo no es sólo entretenimiento, hay películas que te cambian por dentro.