Si se nombra Virgin se asocia a tres nombres: 'Tubular Bells', Mike Olfield y Richard Branson. Se puede añadir además otro concepto: milagro económico. Y aun un par más: un cambio en la música popular y en la industria en los años setenta. Hubo un momento en que Virgin, compañía que cambió la cara a las discográficas, se asociaba exclusivamente a 'Tubular Bells', que es disco bandera de Mike Oldfield y que fue vendiendo en distintas ediciones y con publicaciones en diversas compañías.

Mike Oldfield tiró de ello mucho tiempo. En los noventa aún sonaban las campanas tubulares y todavía seguía vigente aquel sonido. Es más, en aquel entonces ya se había apoderado de varias etiquetas. Un ejemplo claro fue aquello de la 'new age', cajón en el que cabía de todo. Porque antes, un paso antes de que explotara el punk y tras la gloria sesentera, Oldfield y el 'Tubular Bells' habían dado un giro al concepto de la música popular, con una mezcla de pop sinfónico, música celta y efectos especiales. Además, instalaba definitivamente en el mercado el disco de larga duración o, mejor, siempre asomaba algún fragmento en bandas sonoras o sintonías varias. Es el origen de una historia irrepetible, de la que de una tienda de discos nació un sello, un álbum de referencia, un músico que cambió los registros sonoros y apareció un visionario de los negocios, que acabó en gran magnate con mando en varios sectores, desde aviación a industrias variopintas, pero todas ellas con millones de facturación: Richard Bradson.

Virgin ahora ya ha sido 'engullida' por otra grande porque apenas quedan dos nodrizas del negocio, Universal y Sony, que han captado todo. Eso sí, se conservan las marcas originales de estas compañías que ya son puro romanticismo.

Así, Virgin revive sus primeros años con 'Losing our virginity', encabezado por Oldfield, pero también nombres editados en 1973 como Kevin Coyne, Faust, Gong, Can, etcétera.

En un segundo volumen, 'Never trust a hippy', que va de 1976 al 79 entran en escena los pioneros del reggae en la industria occidental, tendencia que se instaló en el mercado posteriormente. Los ejemplos son Mighty Diamons y Jonnny Clarke. Pero también se arrancó en esta época en la explosión punk con el 'Dios salve a la reina' de 'Sex Pistols'. Es decir, la gran revolución punk. Además aparecen con 'The Skidds', 'XTC' o una era en solitario del líder de Doctor Feelgood Wilco Johnson.

Otra de las colecciones es 'New gold dreams', que abarca de 1979 a 1983. Revisa una década clave en la compañía, los años ochenta. Mucho pop afrutado, con 'Human League' o Boy George ('Culture Club'). Pero también los ambientes electrónicos o más vanguardistas como la OMD, 'Maniobras Orquestales en la Oscuridad ' y los grandísimos 'Simple Minds'.

Sigue la colección con 'Methods of dance', que mira de reojo distintos momentos de la discográfica para apilarlos todos en el mundo de la electrónica, por lo que combina distintos movimientos, ritmos y sonidos.

La última entrega de esta historia de 40 años de músicas variadas de una compañía que han marcado una época se ha bautizado como 'Fascinating rhythms', que hace una revisión a la historia más reciente de Virgin, el último cuarto de siglo, desde Neneh Cherry a David Guetta o 'Massive Attack' y a la primera parte de 'Enigma', sin olvidar a 'Soul II soul' o 'Inner City', entre otros que han hecho época en Virgin. O sea, historia reciente del pop/rock.