Puede que muchos skaters no lo sepan, pero hace cuatro décadas ir por la calle subido a un monopatín siendo un adulto, es decir, una vez rebasada la edad de quince años, era motivo de miradas de extrañeza. «La gente se preguntaba si a esos chicos les ocurría algo. Si tenían alguna enfermedad. El monopatín estaba considerado entonces un juguete infantil», explica el director malagueño Pedro Temboury, responsable del documental Monopatín, filme que relata los orígenes del skate en nuestro país y que se estrena el próximo viernes 15 de noviembre en la Fábrica Moritz de Barcelona.

A través de las declaraciones y anécdotas de sus protagonistas, entre ellos pioneros como Álvaro Rivas o Mercedes Resino, acompañadas de inéditas imágenes de la época, el director de Ellos robaron la picha de Hitler y Kárate a muerte en Torremolinos pone el acento en los tres lugares donde surgió este deporte con más fuerza: Barcelona, Madrid y País Vasco. «El skateboarding era un deporte desconocido en España cuando Sancheski, que tenía experiencia en la fabricación de skis, registra la primera patente de un monopatín. El documental abarca desde 1972 hasta 1984 y cuenta cómo al principio la gente se construía sus propios monopatines», explica el malagueño, que también firma el guión de esta cinta junto a Alfredo Prados y Pablo Álvarez.

A la filosofía DIY (Do it yourself/Hazlo tú mismo) de la fabricación de los skates le siguió la de la construcción de las atrevidas rampas en las que los patinadores de Estados Unidos realizaban las sorprendentes piruetas que ilustraban las pocas revistas que llegaban a España. «Los comienzos fueron muy complicados», remarca Temboury. A finales de los 70 aparecen las primeras pistas de skate españolas: en Arenys de Munt (Barcelona) nace el primer skatepark en España, seguido de otro en el Parque Puerta de Hierro de Madrid, el Sindical, y La Kantera, en Getxo. Con el pasar de los años ochenta, este movimiento, que parecía despegar definitivamente, cayó repentinamente en el olvido. Hasta que a finales de los noventa volvió con más fuerza que nunca. Fue entonces cuando en cada proyecto de ciudad se incluían los skatepark como signo de modernidad. «La verdad es que estas rampas, hechas por personas que se dedicaban a la construcción, nunca solían ser muy aptas para practicar skate», lamenta el cineasta malagueño.

Los amantes del monopatín poseen una filosofía de vida en la que, al igual que ocurre con los surferos, la música y la moda están muy definidas. «El skate es un deporte que factura tanto dinero que ni siquiera cuenta con una federación», explica Temboury, en cuyo documental suenan bandas que han acompañado a los skaters españoles en estos años, como Imperials Surfers, The Longboards, Dr. Explosion, Farmacia de Guardia, Los Vegetales, Cerebros Exprimidos, Golden Zombies y La Banda Trapera del Río, todos ellos del catálogo de Subterfuge Records, sello que coproduce el filme.

Monopatín cuenta igualmente con la colaboración de Canal Plus y tras su estreno en Barcelona podrá verse a partir del miércoles 20 de noviembre en dicha cadena en repetidas reposiciones.