No abundan los jóvenes malagueños que atinan con el nombre de la plaza San Pedro de Alcántara. Plaza del Alaska -por la popular marisquería que allí había- o del Martinete -nombre de la desaparecida tienda de antigüedades- eran los nombres con los que popularmente se conocía en los años ochenta. En la última década comenzó a ser llamada plaza de la mierda -debido su suciedad-, malsonante título que quedó atrás gracias a la iniciativa ciudadana Plaza Activa, a través de la que se programaron actividades culturales y mercadillos artesanos.

Desde ayer, este céntrico espacio está presidido por el busto de bronce de Roberto González, el mítico cantante de Tabletom, fallecido en 2011. No pasará mucho tiempo para que la plaza pase a ser conocida por todos como la plaza de Rockberto. Así lo cree el alcalde, Francisco de la Torre, quien fue el encargado de destapar la escultura, obra del malagueño Víctor Carrasco. Acompañado por el concejal de Cultura, Damián Caneda, y la concejala del distrito Centro, Gema del Corral, De la Torre quiso recordar tanto la independencia como la pasión de la que Rockberto hacía gala. «Rockberto es una figura legendaria y muy querido por todos. Y queremos recordarlo como era: un músico que llevó la pasión por el rock por toda Málaga y fuera de ella».

«Es un momento muy bonito», destacaba Pedro Ramírez, Perico, guitarrista de Tabletom y amigo de Rockberto. El acto, aunque centrado en el desaparecido vocalista, supuso igualmente un reconocimiento a la trayectoria del grupo malagueño. «No cabe duda de que nuestra música está también representada en este acto, ya que Roberto era el cantante de Tabletom», destacó Perico. «Es la culminación de la movida underground, de lo nuestro», declaraba, orgulloso, el músico Javier Martín, de quien partió la idea de rendir tributo a su amigo y compañero con una estatua. A través de la Sociedad de Blues de Málaga, de la que es presidente, Martín organizó el pasado verano un concierto para recaudar los fondos necesarios para fundir el molde de Carrasco en bronce. El recital, titulado El busto es nuestro, congregó en el escenario de La Cochera Cabaret a un surtido número de músicos y bandas, como Matakalarata, Jarrillo lata o Lito Fernández, entre otros muchos. Muchos de ellos volvieron a verse ayer en el escenario instalado en la plaza, donde sonaron las canciones más populares de Tabletom. No había mejor manera de concluir este homenaje que abriendo una cerveza y recordando la singularidad del cante de Rockberto.

Seguir adelante fue la consigna adoptada por los hermanos Ramírez, Perico y Pepillo, tras la muerte de Rockberto. El guitarrista confesó que las nuevas canciones de Tabletom, que ahora cuenta con Tony Moreno -líder de los granadinos Eskorzo- como vocalista, están a punto de caramelo. «Estamos esperando meternos en el estudio y grabarlas». Además, Perico adelantó que la discográfica Nuevos Medios tiene en proyecto lanzar el homenaje que le rindieron a Rockberto y que congregó en septiembre de 2011 en la sala París 15 a artistas como Luz Casal, Kiko Veneno y Raimundo Amador.