La política es pura farsa y como tal se presenta en Feelgood, montaje que esta noche (21.00 horas) llega a las tablas del Cervantes como parte de la programación de la trigésimo primera edición del Festival de Teatro de Málaga.

Los actores Fran Perea, Ainhoa Santamaría, Jorge Bosch y Javier Márquez representaron un mitin político, con su grupo de manifestantes incluido, a las puertas del primer teatro de la ciudad para presentar este espectáculo dirigido por Alberto Castrillo-Ferrer y basado en el texto del británico Alistair Beaton. Manuela Velasco y Jorge Usón completan el elenco interpretativo.

La manipulación del lenguaje por parte de los políticos, y de los asesores que les redactan los discursos, centra buena parte de esta comedia que a diario va ganado credibilidad con «los acontecimientos de la actualidad», destaca el malagueño Fran Perea, que encarna a responsable del equipo de comunicación presidencial.

«Es sorprendente cómo la realidad va actualizando nuestra función cada día. Es curioso que con este texto, que fue escrito hace nueve o diez años, nos van dando cada día más argumentos. Estos directores de comunicación no tenían antes la importancia que tienen ahora. De pronto nos hemos dado cuenta de que detrás de cada político o de cada persona que tiene que estar dando la cara públicamente se forma un equipo. Y las palabras que escuchamos no salen de esa persona que habla sino de los que están detrás y que, como el personaje que interpreto, son manipuladores del lenguaje», sostiene.

Por su parte, Javier Márquez, también malagueño, encarna a uno de los creativos que «le da forma» a lo que cuenta el presidente, un personaje que, como el del resto de la obra, posee un claro referente real. «Supongo que todos tenemos presente en nuestras cabezas que estas personas existen; que los partidos políticos los utilizan y que trabajan como negros: escritores que se dedican a tejer una realidad a medida para el que está al mando». Para Márquez, el origen de esta realidad inventada por la clase política es que «hay mil formas de contar la misma cosa y por eso puedes hablar de crecimiento negativo o de movilidad exterior».