Si digo que España es un país cainita no es nada nuevo, que en esta santa tierra hacer de una mentira repetida una verdad como un templo, axioma de sabios y profetas, no estoy descubriendo la rueda. Esperar el primer tropezón del famoso, del conocido al que le va bien, para soltar «te lo dije, ese no es trigo limpio»; el mirar hacia arriba siempre escupiendo, diciendo «algo habrá hecho», «quemadas las rodillas tiene que tener», «trabajando que ha conseguido eso», «¿Ese? Maricón perdido»... Y así sucesivamente. De eso no se libran ni el iletrado ni el más erudito de nuestros paisanos.

Siempre existe el amigo de un amigo que jura haber visto al tipo borracho, a ella encocada, o conoce la historieta de que el tipo es una horrible persona por que le negó un autógrafo. Los medios de comunicación y las redes sociales han perpetuado todo esto.

Estos días me llamó la atención un post de Facebook que tenía cientos de comentarios sobre un tal Abraham Mateo, que si os soy sincero, ni sé quién es ni tampoco es que me importe mucho, pero al ver las reacciones de compañeros, amigos y desconocidos, me decidí a leer la noticia. Resumiendo, el chaval éste, por lo visto es una estrella adolescente tipo Justin Bieber pero a la española, decía en un blog desconocido que no le gustaba Extremoduro, que sus letras no le parecían bonitas, y poco más, oiga. Bueno, la que le han dado al pipiolo... Lo que más me impresionaba es la utilización de maricón como palabra estrella, como si fuera algo malo, y precisamente por los mismos que se baten el cobre contra la iglesia cuando el anormal del obispo de turno arremete contra los gays en un país libre y donde cada uno tiene su opinión. Pero lo mejor de todo... Todo era mentira. Unos colegas aburridos decidieron crear esta falsa noticia que ha corrido como la pólvora por internet. Pero aún no queda ahí la cosa: aun a sabiendas de que la noticia es falsa, tras el comunicado pidiendo perdón de la gente del blog como por parte de Sony Music aclarando que esto era un montaje, el personal sigue haciendo madera del árbol caído y eso, si que da miedo.

A niveles de tercera regional como los que andamos la mayoría de músicos hay estas guarradas con los tacos por delante. Qué os voy a contar que la piara de mediocres no haya dicho de un servidor, con sólo ver dos fotos en Facebook, o por ratitas heridas que versionan sus propias vidas. Es la impotencia de luchar día a día con tu talento por bandera, que de la misa ni saben ni se deben de enterar la mitad, manchando alegremente el nombre de compañeros, amigos, o de uno mismo, que por mucha información contrastada que haya van a seguir aferrando sus zarpas a la que les interesa.

¿El mejor pago? Un disco, un libro, conciertos, buenas críticas, etcétera. La verdad sólo tiene un camino, que muchos no se preocupan en ver; los hechos son la mejor luz para iluminar la oscuridad de la mentira. Contrastad las cosas antes de sacar la guadaña, pues el próximo en subir al cadalso podéis ser vosotros, y quizá no tengáis a nadie que os conceda el indulto. «Una mentira repetida adecuadamente mil veces se convierte en una verdad». Os lo dice Joseph Goebbels, ministro de propaganda nazi. Feliz martes.