La pareja fomada por Fernando Guillén Cuervo y Ana Milán representan hasta el 2 de febrero en el Teatro Alameda la versión sobre un clásico alrededor del amor titulado Hoy: El diario de Adán y Eva, de Mark Twain. Obra que, a juicio del actor, «es el texto más bonito que he leído nunca».

¿Esta obra es una historia de amor o una historia del amor?

Es una historia sobre el amor a través del tiempo, desde el Génesis y su interpretación por esos seres primigenios de Adán y Eva, y de cómo se van reencontrando hasta la actualidad en una pareja de actores radiofónicos, que sienten ese mismo amor.

La obra se representó antes por Miguel Ángel Solá y Blanca Oteyza, que, como ustedes, fueron pareja en la vida real. ¿Es necesaria esa química?

Ayuda mucho, porque hay una manera de expresarse, de mirarse en esa pareja que se nota. Es una obra muy emblemática porque ellos la representaron durante muchos años con un éxito enorme, que repetimos ahora Ana y yo porque creo que es el texto más bonito que he leído nunca.

Ana Milán y usted coincidieron en Wilt y vuelven a hacerlo ahora. Parece fácil trabajar en pareja.

Es fácil y estamos disfrutando mucho de esta aventura de montarlo juntos. Es un texto que es un privilegio hacer como actores y, unidos, nos llena de emoción.

¿Qué tiene el texto que emociona tanto?

Es una curiosa mezcla entre la dulce ironía de Mark Twain y la carga de romanticismo de los autores de la versión, que te llevan de la risa al llanto y hablan de unos eternos que nos tocan a todos. La poesía tiene esa virtud y a todos nos mueve el amor. Bueno, a algunos les mueve más el odio...

¿La recomendaría a algunos políticos?

La recomiendo a todo ser humano, pero si algunos políticos la vieran varias veces seguro que se les ablandaba el corazón.

El teatro se ha visto perjudicado por los recortes y la crisis, ¿eso se nota desde el escenario?

Nosotros tenemos suerte de llenar los teatros, pero el aumento del IVA reduce mucho el margen de beneficio y el esfuerzo revierte en el espectador o en el productor y se reduce la dinámica de producción en el país, pero soy de los que opinan que no debes parar aunque las cosas estén mal.

¿Perciben hostilidad desde el Gobierno hacia la cultura?

Es obvio que sí hemos recibido agresiones y no sabemos muy bien por qué. El sector artístico siempre tiene un posicionamiento político y la derecha no tiene demasiadas amistades en este colectivo, que se caracteriza por la sensibilidad social y la solidaridad como valores, y si un Gobierno no las aplica no es demasiado amigo. Pero creo que debería tener más capacidad de crítica y es poco inteligente querer cargarse un sector como la cultura, que en las últimas décadas nos ha hecho ganar reconocimiento en el extranjero. Hay sectores de ideología recalcitrante con mucho poder que son los que están siendo revanchistas con un colectivo que lo que hace es arte, comparado con los desaguisados que ha hecho la banca, por ejemplo.

¿Qué peligro se corre si se menoscaba la cultura?

Si un país es culto, se contagia, y se precia de tener ese valor. Y si se empieza a perder, eso se carga sobre la sociedad, afecta al crecimiento del país, a nuestra imagen exterior y nos ponemos a la cola del mundo.

Usted mostró su apoyo a Rubalcaba. ¿Se arrepiente?

En absoluto, me parece un gran político, de gran formación y recorrido. Soy socialista, siempre lo he sido y en el mismo sitio sigo.