­El stoner, ese subgénero rockero en el que los riffs monolíticos de figuras sagradas como Black Sabbath se dejan mecer por la brisa de otras bandas de cierta psicodelia, no es, ni mucho menos, una de las músicas favoritas de los malagueños. Pero ahí están Elephant Riders, un grupo de Vélez Málaga que acaba de debutar con un largo, Supernova, que, atención, no tiene nada que envidiar a las producciones nacionales de esta rama del tronco rockero.

Los que cabalgan elefantes. «El nombre de la banda surgió espontáneamente en Alhama, cuando preparábamos nuestro primer concierto. Después caímos en la cuenta de que era una referencia a un álbum de Clutch [uno de los grandes del estilo]. Fue una mezcla de las dos cosas. La figura totémica del elefante nos pareció adecuada, dada la contundencia que entonces empezaba a definir el sonido de la banda», nos cuentan Ignacio Córdoba (bajo), Antonio Correa (batería) y José Carlos González (guitarra y voz). Y a fe que este power trío suena pesado y robusto: Supernova es un debut aquilatado, bien plantado y dinámico, que suena a grupo muy rodado. Y eso que no lo tienen muy fácil: «Cuando quieres tocar en la capital, en Málaga, te encuentras con que muchos de tus amigos y seguidores no se puede desplazar. En cierto modo, una banda de Vélez sufre prejuicios, por mucho que no se quiera reconocer. A nosotros esto no nos desmotiva; muy al contrario, nos da más fuerza y ganas de demostrar lo que vale la banda, aunque seamos de Vélez Málaga y no de Los Ángeles o Madrid. Pero no negamos, sin embargo, que las cosas tendrían otro color diferente en otra parte del país o, mejor, en otro país como Alemania, EEUU o la zona escandinava». Porque, aseguran, el 30% de sus seguidores en Facebook son extranjeros:

«El interés de la gente de fuera de España es tan honesto y libre de prejuicios que supone un verdadero bálsamo para la banda. Si nos sentimos comprendidos o no en Málaga y en España de poco nos sirve. La realidad es que la música que hace Elephant Riders es muy marginal y, sobre todo carece de una escena real y sólida. Lo único que podemos hacer es partirnos la cara por despertar, al menos, a los pocos que sí les gusta esta música pero por desgracia desconocen la existencia de este tipo de bandas».

A estas alturas habrán comprobado ya que los tres jinetes de elefantes no son precisamente unos quijotes, unos ilusos que buscan convertirse en estrellas del tinglado rockero; en cambio, los tres malagueños tienen unas expectativas humildes, realistas: «Lo único que deseamos es que la gente le dé una oportunidad y pase un buen rato escuchando rock potente. Que se olviden del ayer musical del país y que simplemente le den al play y escuchen. Que se entienda que, como sucede en otros ámbitos sociales, las cosas se consiguen entre todos y si una propuesta te gusta tienes que apoyarla a muerte para que no desaparezca y todo eso de lo que te quejas siga exactamente igual». Pues eso, no se quejen, indaguen en la página de la banda, elephantriders.bandcamp.com, y denle al play. Si no menean la cabeza al ritmo y hacen air guitar con los riffs de los veleños... Háganselo mirar.