­Un museo más pero no un museo cualquiera para engordar la cartelera artística malagueña. El próximo 3 de junio abre sus puertas el Museo Jorge Rando, una pinacoteca dedicada no sólo a albergar la obra del artista local sino a desarrollar una filosofía muy singular, concreta y ambiciosa. Y todo desde el corazón del malagueñísimo barrio del Molinillo, concretamente en un edificio anexo al Monasterio de las Mercedarias, un precioso inmueble de finales del XIX.

El convento, la iglesia, el postulado, la casa de guardeses y el colegio-guardería son, ahora, un precioso palacete artístico, dispuesto en cuatro salas: dos para albergar la colección permanente -pero no estático: las obras irán rotando en renovación perpetua- y otras tantas para las muestras temporales, amén de espacio para la biblioteca y el centro de documentación, entre otras dependencias. Y todo ello buscando el diálogo entre lo histórico y lo nuevo; de hecho, una de las más notables atracciones del futuro museo es un extraordinario ejemplar de mandarino, plantado por la fundadora del convento, Mercedes Bisso, hace más de 130 años. En total, más de 1.500 metros cuadrados dedicados al arte.

Es un museo con nombres y apellidos pero no quiere ser un lugar para el egotrip; al contrario, el empeño fundamental del inminente centro cultural no sólo es atesorar el patrimonio artístico del creador malagueño sino, fundamentalmente, «promover y acercar el arte contemporáneo» a todos. Sí, a todos: porque el acceso a la pinacoteca, así como a su agenda de actividades paralelas, será gratuito.

Varios ejemplos del compromiso en este sentido: la Fundación Jorge Rando -el paraguas que cobija a la pinacoteca: suya es más de la mitad de la inversión para poner en marcha la pinacoteca; el resto le corresponde al Ayuntamiento de Málaga- ha ido desarrollando diversas acciones antes de su apertura, como el acuerdo con la Escuela San Telmo para la rehabilitación del retablo de la iglesia del Monasterio de las Mercedarias o de la capilla del Cementerio de San Miguel y su participación en la denominada Red Carpet Experience en su visita a Málaga, un proyecto alemán dedicado a jóvenes en riesgo de exclusión social y a los que se le inculcaron los principios del arte como vía para la inclusión. El Museo Jorge Rando va a ser «un espacio vivo, un lugar de cohesión social del arte y la cultura en todas sus vertientes», aseguran sus responsables. De ahí la importancia de los talleres de formación y las actividades pedagógicas en la parrilla de actividades.

Una de las grandes peculiaridades del centro cultural es que será la única pinacoteca centrada, casi en exclusiva, en la investigación, conocimiento y difusión del expresionismo, desde finales del siglo XIX y hasta la actualidad, en sus más diversas disciplinas creativas. Y ello a partir de la exposición de las obras del propio Rando pero también a través de los trabajos de «artistas nacionales e internacionales» que irán ocupando las salas de las temporales.

A la espera de su inauguración, el 3 de junio, todos los interesados ya pueden anticiparse en la propia web de la pinacoteca, www.museojorgerando.org. Ahí están todos los detalles, a falta de que esta nueva «sala del arte» en Málaga, como la considera el propio Rando, abra sus puertas y nos invite a vivir en ella.