Lucas y Gabriel Bauer nacieron en Alemania pero se sienten de Málaga desde hace muchos años, casi tantos como los que llevan pateándose las salas de ensayos y buscando acomodo a sus canciones. Ahora lideran Bauer, el quinteto de pop-rock alternativo que con su debut, Azul eléctrico, está haciendo que bastantes cabezas se giren para echar una oída. Amantes del indie, atención: la propuesta de los hermanos germano-malagueños y su banda -compuesta por Andrés, bajo; Fernando, batería, y Abel, guitarra- la merece.

¿A qué suenan Bauer? Gabriel no lo tiene muy claro: «Hacemos algún tipo de rock alternativo, pero hay algunos temas más indie y otros medios tiempos difíciles de encasillar. Nos gustan las bases contundentes, los sonidos guitarreros, pero también nos interesan las melodías con un toque melancólico y las letras psicológicas». Y añade algunas referencias: The National, Bon Iver, Interpol, Kings of Leon y Zoé, entre otros. Podríamos añadir a Sidonie, por ejemplo, para tener un dibujo más ajustado. «Precisamente porque nos hemos esforzado mucho por ser originales, no copiar a nadie y no hacer música siguiendo demasiado las tendencias que marca el mercado», remata el músico.

Criterios

Lo que está claro es que el disco no suena a novatos, ni mucho menos; todo está medido, calculado y equilibrado. No es casualidad. «Azul eléctrico es el fruto de más de un año componiendo casi un tema por semana, un total de 60, para seleccionar los 10 que mejor se ajustaban a los criterios que queríamos. Para ello fue fundamental trabajar con un productor tan meticuloso y crítico como Pablo Cebrián, que ha sabido exprimir lo mejor de nosotros. Cada nota del disco está porque debe estar, y hemos intentado que cada instrumento tenga protagonismo por sí mismo pero defina a su vez el conjunto. Esto sólo puede conseguirse con paciencia», nos cuenta Lucas.

Azul eléctrico suena con ambición, con ese brío que tienen los creadores que buscan hacer grandes cosas, desde luego. Pero sus responsables tienen los pies en el suelo: «El primer objetivo era hacer un disco de calidad del que estuviésemos orgullosos y esto lo hemos conseguido. Ahora estamos intentando darlo a conocer y es innegable que nos gustaría que tuviese el mayor impacto posible, pero esta parte no está sólo en nuestras manos. Nuestra meta es esforzarnos al máximo en todo lo que depende de nosotros, que es trabajar los directos, sonar bien, seguir aprendiendo; además de ser honestos con el proyecto y con lo que hacemos, en el sentido de no desesperarnos por no cumplir expectativas irreales. Lo que venga dependerá de la gente. Pero tenemos claro que la situación actual no es para apresurarse ni marcarse objetivos muy a largo plazo, y menos en un mercado dominado por la música de consumo rápido», apunta Lucas.

Coyuntura

Pero Bauer sí puede beneficiarse de la positiva coyuntura para el indie en nuestra ciudad, con una agenda de festivales de música alternativa en expansión. Gabriel confirma que podría estar creándose una escena con visos de futuro: «Para la presentación en Málaga de Azul eléctrico -el pasado abril, en Velvet Club- se agotaron las entradas una semana antes.... Hay interés por la música y cada vez más gente valora los directos, sabe distinguir entre música plastificada y las emociones que se despiertan cuando los grupos tienen propuestas personales y únicas, sean grandes o pequeños».

Por cierto, en Bauer no se produce el síndrome Gallagher -por los hermanos Noel y Liam, que hicieron de Oasis prácticamente una batalla cotidiana-: «Lucas y yo nos llevamos bien, tocamos juntos desde los 14 años y ya nos ha dado tiempo a acoplarnos. Sabemos muy bien qué podemos esperar el uno del otro, conocemos nuestras prioridades y lo que cada uno puede aportar. Con lo complicado que es actualmente hacerse un hueco en la escena musical y la perseverancia que hay que tener, no quiero ni pensar lo que sería si además te estás peleando constantemente con quien compartes el proyecto».