­Los empresarios hosteleros de Granada han hecho caja con la presencia de José Tomás en los carteles de la Feria del Corpus, y los de Málaga se frotan las manos. La leyenda del torero de Galapagar no hace más que incrementarse después de tardes como la que se vivió el pasado jueves en la Monumental de Frascuelo, donde la gloria y la tragedia se dieron la mano como sólo puede hacerlo en esta Fiesta.

Aparentemente perfecto físicamente, muy delgado, eso sí, el diestro cautivó a partidarios llegados de todos los puntos del planeta. Su estampa seria e imperturbable se dejaba sentir cada vez que los pitones le rozaban por su taleguilla. Los olés no dejaron de atronar en una actuación que, como es él, no dejó a nadie indiferente. Hasta que sobrevino la tragedia.

«He muerto y he resucitado», cantaban Los Secretos. Y algo así se vivió en la plaza, donde doce mil almas quedaron en vilo al ver inerte al dios del toreo sobre el albero granadino. El silencio y la angustia se transformaron en júbilo cuando, con aun aura de figurón del toreo, salía por su pie de la enfermería para estoquear a ese toro traicionero que le había prendido por la espalda.

La épica, de este modo, volvió a hacerse presente en una temporada limitada a unos cuantos escogidos como los que pudieron presenciar esta corrida, o los que esperan hacerlo el 23 de agosto en La Malagueta. La inquietud, por su parte, queda para los aficionados que lograron una preciada entrada para disfrutar de su toreo el próximo lunes en León, y cuyo sueño se puede frustrar por la fractura de la séptima costilla. A simple vista, para cualquier mortal, un mes y medio de reposo; aunque en el caso de superhéroes como los que se visten de luces, nunca se sabe. Así lo indica Ignacio Mateos, presidente de la Asociación Malagueña de Tauromaquia y traumatólogo de profesión, que estuvo presente en el coso y deja una puerta abierta a que pudiera comparecer mañana en León con un fuerte vendaje al haberse descartado finalmente una desviación en la fractura. Esta circunstancia es clave en permitir que vuelva a hacer el paseíllo 72 horas después del percance, según Horacio Oliva, el nuevo cirujano jefe de La Malagueta, y amigo personal de José Tomás, que de la otra forma lo vería inviable. Las afirmaciones del gerente del coso leonés, Gustavo Postigo, apuntan a la épica. No obstante, para alivio de la afición malagueña, ambos doctores coinciden en manifestar que su presencia en la Feria de Agosto no parece correr peligro alguno.

Pero la legión de malagueños que peregrinó a la capital nazarí fue mucho más amplia, y estuvo compuesta por autoridades como el vicepresidente de la Diputación Fran Oblaré, el diputado de asuntos taurinos Jacobo Florido o el asesor de este ente Antonio Roche, el empresario Federico Beltrán, el ex empresario del coso Fernando Puche, los directores de la Escuela Taurina Óscar Plaza y Fernando Cámara, el presidente Ildefonso Dell´Olmo, o el torero Francisco José Porras, entre otros muchos aficionados de diferentes asociaciones y colectivos, y representantes de medios de comunicación de nuestra provincia. La mayoría de la expedición malagueña, por la cercanía con Granada, regresó esa misma noche a nuestra capital; no así los miles de aficionados que han llegado de puntos muy dispares del mundo y que han disparado la cifra de abonados hasta los 8.000 (cifra similar a la alcanzada en León). Tanto que han situado la ocupación hotelera por encima del 90 por ciento.

Estos datos esperan poder repetirse en nuestra capital en un abono que cuenta con el hándicap de ser más largo que los anteriores. Los 4 espectáculos de los que consta la feria de Granada se duplican en nuestra ciudad con seis corridas de toros, una de rejones y una novillada. No obstante, el reto está en alcanzar los 5.700 que se consiguieron la última vez que José Tomás se anunció en La Malagueta un día de su cumpleaños, el 20 de agosto de 2009.

@danielherrerach