Está demostrado: no hay nada mejor que un cartel para despertar el espíritu crítico de los malagueños. Poco importa que sea el de Semana Santa, la Feria, el Festival de Cine o la Noche en Blanco. Detrás de cada presentación de este tipo de obras, cuya finalidad no es otra que publicitar y anunciar la actividad que va a desarrollarse, se produce un pequeño tsunami de opiniones, muchas de ellas salpicadas de ironía, humor y también, todo hay que decirlo, bastante mala uva.

Ayer le tocó el turno al cartel de la Feria de Agosto de 2014, obra firmada por el cacereño Abel Rocha que resultó la vencedora del concurso público que el Ayuntamiento convocó el pasado mes de abril, dotado con un único premio de 3.500 euros. El jurado del concurso, que examinó un total de 78 originales, se decantó por la obra de Rocha titulada Suena a Feria, con la que el cacereño deseaba plasmar la esencia de la fiesta malagueña «a través de una imagen impactante, que produzca un choque en los ciudadanos y visitantes». El diseño está basado en un fondo amarillo sobre el que se fusionan dos elementos: la silueta de una oreja como representación del bullicio y la música, y un pendiente de flamenca circular de color fucsia, con lunares en tonos más claro.

Y el choque al que aludía el autor se produjo, aunque quizá no en el sentido esperado. Nada más desvelarse la imagen comenzó a sonar el aluvión de críticas. «Más que un cartel de Feria parece el de una consulta de otorrinolaringología», escribía Juan Luis González en Facebook. «¡Vale que es un salcillo de feria pero hijo, un poquito mas de imaginación por favor», exclamaba Juan Repetto. «Parece el anuncio de un sonotone. Qué horror», se quejaba Daniel Glez. «No merecemos ese cartel», señalaba Encarni Martínez.

En Twitter, una de las primeras personas en mostrar el cartel fue Mariví Romero, quien acompañaba una foto con un escueto «me gusta». Seguidamente, la concejal 2.0 del Ayuntamiento escribía el siguiente tuit. «Un clásico ya: los que critican cada año el cartel de la feria #Málaga y tanto saben de diseño, ¿por qué no se presentan al concurso?». Pronto comenzaron a replicarle varias personas, entre ellas Esther Romero: «¿Entonces solo te puede parecer feo el cartel si te has presentado a concurso?», le preguntaba a Romero.

Y como también suele ser habitual, junto a las declaraciones, tanto en contra como a favor del diseño, suelen aparecer las reinterpretaciones, en las que predomina la nota humorística. Una de las más celebradas fue la que sustituía la silueta de la oreja por el emoticon que representa un mojón, también conocido como la caquita feliz.

La web de La Opinión planteó una encuesta a sus lectores para conocer si les gustaba o no el cartel vencedor. El 90% de los participantes se decantó por el «no». Pero ya se sabe, para gustos...

Biografía del artista Abel Rocha Ramírez, natural de Navalmoral de la Mata (Cáceres), es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Salamanca y posee el título de Máster en Publicidad, Diseño Gráfico y Comunicación por la Universidad de Madrid. En la actualidad compagina su labor en el campo del diseño profesional por lo que ha obtenido numerosos reconocimientos., con el ejercicio de la docencia en Plástica y Visual, tanto en Secundaria como en Bachillerato. En su carrera como cartelista ha ganado varios primeros premios como el del Carnaval de Navalmoral de la Mata, en Cáceres (1992, 1993 y 1995); el de Carnavales de Bilbao (1996 y 2013); el del "Festival Internacional de Ecocine" de Zaragoza (2011); el de la campaña de Manos Unidas (2000 y 2014), y el de la "Semana Santa Marinera de Valencia" (2006), entre otros. Ha sido finalista del cartel de San Fermín 2001 y mención de honor en el de las Fallas de Valencia el mismo año.