Dan las 17.30 de la tarde. Las 120 personas encargadas de custodiar el Estadio de Atletismo Ciudad de Málaga ya están distribuidas por zonas. «La avalancha de gente dará comienzo sobre las 20.00 horas de la tarde», explica José Antonio Guzmán, uno de los guardias de seguridad del evento. Todo estaba preparado para que empezara la primera edición del 101 Sun Festival, uno de los platos fuertes de la gran temporada musical de este julio malagueño infinito. Y también una de las citas más ambiciosas: de hecho, sus responsables aseguran que su modelo a seguir es el Festival de Benicàssim. Veremos si llegan: de momento, han empezado con buen pie. Que se lo digan a todos los que gastaron suela de zapatilla bailando con los temas de Franz Ferdinand, las estrellas de la noche.

Pero volvamos a horas antes, a la tarde. Justo enfrente de la entrada hay multitud de puestos de comida y bebida que dan vidilla a la cita musical. Juan Manuel Rosa, dueño de uno de los pequeños comercios itinerantes, explica que para él es un «honor» formar parte del festival. Mientras tanto, otros contribuyen a su manera. Cientos de personas, llegadas de todas partes, esperan frente al estadio tumbados al sol en el césped. Algunos llenan el estómago con bocadillos hechos en casa y otros esperan impacientes que les vuelvan a rellenar sus vasos de cerveza. A escasos metros de la entrada una carpa Cruzcampo, uno de los grandes patrocinadores del evento musical, reparte botellines de Radler, la nueva oferta cervecera mezclada con limón. «¡Un total de 9.000 latas Cruzcampo se van a repartir hoy!», exclama Juan, uno de los encargados de repartir la bebida no destilada. Noise Nebula inaugura el atracón musical que durará aproximadamente hasta las dos de la mañana, hora en la que los pesados Havalina habrán de haber despachado su set-list. El directo de los madrileños, que mezclan a partes iguales pop, noise y shoegaze, no termina de arrancar. Son casi las seis de la tarde. Del meloso pop al rock de Polock. Estos cinco valencianos, que agotaron tickets en Washington y Los Ángeles durante su gira South By Southwest, consiguen que las primeras filas se animen al fin. Llega el momento álgido con Fireworks, el primer del álbum debut de esta banda cada vez más conocida en el panorama musical español. Entre la marabunda de gente se puede ver una fauna muy dispar: desde los clásicos rockeros con camisetas de los Clash (¡ojo!) a los modernos vestidos con gorros de paja y camisetas de flores hawaianas. No hay un perfil establecido. Desde quinceañeras locas por Franz Ferdinand hasta cuarentones locos por The Family Rain. Acaba Polock y se para la música. The Struts aparecen en la pantalla y tiene un mensaje para los asistentes del 101 Sun Festival: «Sentimos no haber podido asistir, pero estaremos pronto por España, os lo aseguramos», pronuncia en el vocalista de la banda británica. En el escenario Halloween Man Rock On ya se pueden escuchar los primeros acordes de Triángulo de Amor Bizarro. Este cuarteto coruñés, que toma su nombre de una canción del grupo británico New Order, consigue hacer que más de uno rompa en gritos y saltos. «Vamos a pudrirnos en el mismo ataúd, vamos a pudrirnos en la misma fosa común, que se fundan nuestros restos», corean miles de fans enloquecidos. Histeria pura. Suena Un rayo de sol, una de los temas perteneciente al tercer trabajo de esta banda de pop embrutecío capaz de congregar a miles de festivaleros. Se despiden con De la Democracia a la Criptocracia, contundente y acertado. Sin duda, la revelación festivalera del año en Málaga, que alberga 10.000 asistentes en un entorno más que idóneo para disfrutar de algunas de las mejores bandas del panorama.

@IsaJumanji