­Hace dos años, en 2012, un joven peruano tomaba las maletas para hacerse torero en la cuna del arte de Cúchares. Atraído por su buen hacer, el destino fue la Escuela Taurina de la Diputación de Málaga, cuyo maestro Fernando Cámara le brindó todos sus conocimientos para hacer realidad su sueño.

Y ese sueño, en parte, se hacía realidad el pasado sábado, cuando Joaquín Galdós regresaba a su casa, el bicentenario coso de Acho en Lima, para enfrentarse en mano a mano con otro paisano que destaca en Europa: Andrés Roca Rey. Fueron dos orejas las paseadas, aunque si la espada llega a entrar podrían haber sido hasta cuatro. No le quita importancia a una puerta grande que aún saborea. «Pude torear con la mano muy baja, muy templado como gusta aquí, y disfrutar de unos olés muy rotundos», recordaba ayer el novillero que debutaba con picadores en la Feria de Agosto pasada. «Desde que me fui a España soñaba con volver a esta plaza donde creció mi afición y soñaba con salir a hombros», reconocía orgulloso después de cuajar tres faenas muy diferentes a utreros de muy distinta condición.

No fue casualidad que el primer trofeo llegara de un novillo llamado Malagueño. Su padre, que es el ganadero de las reses de Santa Rosa de Lima que se lidiaron, le puso ese nombre en homenaje a la tierra que ha acogido a su hijo. «Agradezco a Dios el día que decidí irme a Málaga, sobre todo por mi maestro», manifestó Galdós, quien no se muestra sorprendido porque en algunas crónicas haya leído que tiene «un aire malagueño»: «Eso me va a marcar para siempre, porque tengo los conceptos de sensibilidad de los toreros de esa tierra. Soy mitad malagueño», asegura.

Su otra mitad peruana se siente feliz de haber logrado un triunfo tan precoz en su tierra natal. «Aquí la afición me conocía de oídas, y yo notaba en los días previos al mano a mano que se sentía predilección por mi compañero Andrés Roca Rey, que fue niño torero», es eso lo que le «motivó para hacerme notar aún más y desarrollar el toreo clásico que gusta en Lima». Ahora, la balanza parece haber cambiado de lado, ya que se ha despertado «mucha ilusión por tener un proyecto de torero importante». No obstante, no quita méritos a su compañero, con el que tiene «buen trato pero también mucha competencia». Su compatriota, formado en la escuela de Badajoz, que no tuvo suerte el sábado, pero «tiene muy buenas condiciones para funcionar en España».

La campaña americana de Joaquín Galdós no se va a prolongar. «Quisimos centrarnos sólo en Acho, porque estoy aún en proceso de formación y quiero hacerlo en España», dice con rotundidad. Mucho va a tener que ver Fernando Cámara, ya que aunque no pueda pertenecer a la escuela de Málaga por haber debutado con picadores, va a seguir con sus enseñanzas. «El maestro tiene mucha confianza en mí y un gran cariño personal; por eso le he pedido que me acompañe siempre como lo ha hecho en Lima». Así, seguirá sus enseñanzas a partir de finales de diciembre o principios de enero, cuando vuelva a dejar a sus padres y hermanos para regresar a su domicilio en Fuengirola. «A partir de entonces estaremos en La Malagueta entrenando para una temporada de 2015 en la que espero estar en todas las grandes ferias», indica ilusionado.

Tras este despegue de su carrera novilleril, Galdós sigue mirando al frente con nuevos retos, como el de volver consagrado el año próximo a Lima para hacer un gesto como estoquear seis novillos en solitario, como despedida antes de una alternativa que bien pudiera ser «el Domingo de Resurrección de 2015 en La Malagueta con un gran cartel». «Ése sería el planteamiento soñado», se sincera.

Y es que este joven peruano tiene muy presente a la Málaga taurina. «Le agradezco mucho a la familia taurina de allí, a la que pertenezco, lo atentos que han estado de mí», indica antes de concluir: «Hasta en Perú saben que soy un torero de Málaga».