­Una cantera que sigue siendo inagotable. Así lo atestigua el ciclo Nuevos Textos, que de tanto en tanto arroja luz sobre la Generación del 27. Ayer lanzó la versión definitiva de los dos últimos poemarios del escritor e impresor malagueño Emilio Prados, Signos del ser y Cita sin límites, en un volumen que incluye 18 poemas inéditos. La edición ha estado al cuidado del profesor Patricio Hernández, gran conocedor de Prados.

Emilio Prados (Málaga, 1899-México D.F.-1962) escribió estos textos en la última etapa de su vida, en pleno exilio mexicano y con la muerte acechando en forma de versos como «La muerte está conmigo / mas la muerte es jardín / cerrado, espacio, coto». De hecho, el malagueño no los pudo ver publicados: murió antes de que la imprenta hiciera su trabajo, y los volúmenes resultantes, que hasta ahora conocíamos como versiones definitivas, incluían erratas -más tarde se descubrió una carpeta en la que el poeta guardaba los textos correctos-. El volumen que presentó ayer el Centro de la Generación del 27 repara tales fallos y se presenta, por tanto, como la versión completa y correcta, más acorde con las ambiciones líricas de Prados. Gracias a la labor de Patricio Hernández, una voz más que autorizada: el profesor dedicó su tesis doctoral a la obra poética de Emilio Prados, que fue publicada en dos volúmenes por la Universidad de Zaragoza bajo el título de Emilio Prados: la memoria del olvido en 1988; además, cuenta en su haber con 60 publicaciones relacionadas con la Generación del 27, el surrealismo literario y la obra de Emilio Prados.

Al margen de consideraciones más o menos bibliófilas, están, cómo no, los textos, los versos de Signos del ser y Cita sin límites, que siguen brillando por su cualidad honda, el peso y el poso característicos de la última época creativa de Emilio Prados; un autor que incluso en las postrimerías de su existencia fue capaz de celebrar apasionadamente la vida en cada palabra.