El malaguita style, el rollo malaguita, esas expresiones que te ponen la carne de gallina; a estas alturas de la película siguen estando tan en boga, en cualquier conversación en locales, conciertos o reuniones de amigos. La supuesta definición del termino vendría a ser el rollo potajero, en plan gitano, a salto de mata. También cabe el rollo criticón por excelencia, el hacerte la remanguillé, la caspa, el falserío, los cortijitos, el medio gas, el conformismo, la desidia y el apedrear al que se menee más de la cuenta. El tocar techo aquí es darte con la arqueta en la cabeza, el ofú vieo, el cincuenta pavos por cabeza, robagallinas y todo lo que entre en el término subjetivo de ese malaguita style que todo el mundo odia y que la mayoría, por hache o por be, ha practicado, practica o practicará. Ese rollo que tanto daño hace a las cuatro criaturas que huyen de él como el loco que prende fuego a una papelera. Ésos que huyen son el blanco fácil porque no se dejan ahogar por la corriente de mediocridad que acuña el término.

Un desaguisado que no arregla nadie, pues es más fácil planificar las vacaciones para huir de la rutina que arreglar esa rutina y llevar una vida plena; en eso estamos.

El mejor bálsamo son los hechos, el trabajo y tomar distancia, la más completa y absoluta indolencia respecto a lo que se mueve alrededor; una buena y sofisticada burbuja que te inhiba de los salpicones de cieno, el no bajar a la arqueta ni para dar un recado, que tu malaguita style sea el progresar y el crecer en tu oficio.

Qué carajo de culpa tendrá esta ciudad de albergar a semejante cuadrilla de patanes que meten a todos en un mismo saco, acuñando un término localista de lo más despectivo. Como decía el sabio, el racismo se quita viajando y el malagueñismo style viendo como se trabaja en otras tierras. Ese defecto de peces grandes en una ínfima pecera, que no tendrían la menor cabida de Antequera para arriba.

Puñaladas y pufos

En esta ciudad se perdona todo, las puñaladas, los pufos monetarios, los cuernos, pero, eso sí, pobre de aquel al que le vaya medianamente bien y que no le deba nada a nadie... Ése, ése es el cáncer, el blanco perfecto para enfocar todos los revanchismos, ofuscaciones, obsesiones y comentarios gratuitos. Así nos va.

Salir del vórtice de esa dinámica ya es un logro personal, me decía mi primo Sierra, de las batallitas ancestrales, del tiempo perdido en la queja gratuita apoltronados frente al ordenador. Si dedicaran la mitad de esas energías a trabajar en sus proyectos y esa mala baba en aprender del que le va bien, esto sería la cantera más grande de España entera, pero es que la cañita, el cigarro y un buen tema para despedazar no tienen precio.

Repercusión

Ojalá tengan menos repercusión los perros que vociferan que los logros que consiguen los paisanos, pues talento no falta. O sobran horas de Facebook o tendremos que dar la razón a los que tienen en boca el término constantemente. Bendita ciudad, cuna de artistas, poetas, literatos, pintores, actores, que han tenido que triunfar fuera . Que no tengan que hacer un pregón en la Feria para que se respete y se reconozca el mérito de tantos que se juegan los cuartos y la salud en sus sueños.

Que este recién inaugurado dos mil quince os traiga mucha salud y energías para afrontar todos vuestros proyectos. Los sueños están a la vuelta de la esquina, pero a vuestra casa no van a venir, tenedlo claro. Esto es una lucha constante de guerrillas. Con un poco de unidad o por lo menos respeto nos irá mucho mejor. ¡Feliz año!

*Álex Meléndez es líder de Vicios Caros