La alegría con la que Málaga celebra su explosión cultural no es compartida por todos. Mientras toda la ciudad sigue de cerca los detalles de las inminentes inauguraciones del Centro Pompidou y el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo, hay empresas culturales que se ven obligadas a echar el cerrojo. Es el caso de la histórica Galería Alfredo Viñas, un espacio de referencia dentro del arte contemporáneo malagueño y andaluz que ha visto cómo el nuevo interés de Málaga por el arte pasaba de largo por su puerta. De los ventanales de este lugar, por años centro de peregrinación de artistas y amantes de la creación plástica, hoy cuelga el cartel de «se alquila».

El pionero galerista aterrizó en la calle Denis Belgrano en 1993 -nada menos que diez años antes de la inauguración del Museo Picasso y del Centro de Arte Contemporáneo municipal-, desde donde capitaneó la primera presencia malagueña con stand propio en ARCO, la cita nacional más importante del sector, a la que empezó a asistir en 2001. En su primer año de exposiciones, Viñas presentó la potencialidad del arte local, uno de los compromisos más visibles de su empresa, con una colectiva con obras de Enrique Brinkmann, Eugenio Chicano, Jorge Lindell y Dámaso Ruano. Durante todos estos años, por su espacio han pasado los grandes nombres del arte andaluz, como Curro González, Rafael Agredano o Abraham Lacalle -que actualmente expone en el CAC-, así como numerosos artistas de nueva hornada, entre los que destacan Juan del Junco, Jesús Zurita y Noelia García Bandera.

Viñas, miembro fundador en la Asociación de Galerías Andaluzas de Arte Contemporáneo, el Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) y el Consorcio de Galerías de Arte Contemporáneo de España, ha visto cómo en los últimos años, las mismas instituciones que solían acudir en busca de su asesoramiento en cuestiones expositivas o sobre compras de obras de arte, le volvían la espalda. Tanto la actividad de su galería como sus conocimientos en la materia han sido parte importante en la creación de esa marca cultural que tanta proyección reporta hoy a Málaga. A cambio, el galerista no ha recibido el apoyo que cabría esperar de una ciudad que lucha por la cultura olvidando su cultura.