María Zambrano criticó desde su primer libro de 1930, Horizonte de Liberalismo, publicado ahora en el volumen I de sus Obras Completas, todo sistema fuente de injusta desigualdad. La pensadora participaba con 24 años en actividades cívicas y en la FUE, que precipitó la caída de Primo de Rivera. Este reclamo ético de igualdad y libertad, base de su defensa de la democracia en favor de las clases humilladas, llega en un nuevo volumen de sus Obras Completas, que se presenta hoy en la Biblioteca Nacional, en un momento de crisis económica y desigualdad en el que adquiere máxima actualidad la obra de la pensadora.

Zambrano advirtió antes de morir en 1991 de la necesidad de «renacer» de un Occidente que «había perdido el alma, el mundo y la tierra» y propuso una «razón poética» que recuperase las raíces del sentir y de la experiencia del hombre. El volumen I de las Obras Completas de María Zambrano (Vélez-Málaga 1904-Madrid 1991), es el tercero en aparecer de los ocho que compondrán finalmente la edición que publica Galaxia Gutenberg, bajo la dirección de Jesús Moreno Sanz, profesor de Filosofía de la UNED y especialista en la obra de la autora.

Recupera este volumen varios textos inéditos y recoge los cuatro primeros libros de Zambrano, fechados entre 1930 y 1939: Horizonte de Liberalismo (1930) y Los intelectuales en el drama de España (1937), de carácter cívico y político, y Pensamiento y poesía en la vida española (1939) y Filosofía y poesía (1939), en los que busca la «razón poética» antes de salir para el exilio, en el que vivió cuarenta años.

En estos primeros libros, explica Jesús Moreno, está ya la raíz del pensamiento de María Zambrano, en la que se entrecruzan la «razón cívica», que se ocupa de la libertad y de los problemas de la ciudadanía, y la «razón poética», con la que propuso recuperar la unión en el pensar de filosofía, poesía y religión. «Ella ve muy claramente la malversación de la política -afirma Jesús Moreno-, por eso busca la raíz de la política como algo vivo, la razón cívica, que es lo que ella hizo implicándose en actividades ciudadanas y en grupos como la FUE (Federación Universitaria Escolar), que al decir de muchos historiadores de ese momento precipitó la caída de la dictadura de Primo de Rivera». «Lo que propone es un nuevo liberalismo y una mayor igualdad económica, para lo que habría de reformarse radicalmente el capitalismo. Y, claro, una libertad cultural. Es el pistoletazo de salida del pensar de María Zambrano, que antecede a su valerosa opción republicana, en el segundo libro, Los intelectuales en el drama de España, una crítica al fascismo, preludio de su crítica al totalitarismo a partir de 1940».

«Escribo bajo las bombas», le dice en carta a Rosa Chacel, cuando trabaja en este libro en Barcelona, después de su regreso a España en 1937, en un momento en que se daba ya por perdida la guerra para los republicanos. Le preguntó un periodista: ¿cómo vuelve ahora que todo el mundo se va y la guerra está perdida? «Por eso, precisamente», respondió.

En Los intelectuales en el drama de España es muy visible cómo la pensadora pasa de lo que Jesús Moreno llama la «razón armada» en defensa de la República, muy vehemente y apasionada en sus primeros textos, simbolizada en Atenea con escudo, casco y armas, a «la razón misericordiosa», encabezada por el artículo sobre Misericordia de Galdós, que supera todo rencor sin dejar de defender la República. Esta razón misericordiosa antecede a la razón poética, que nacerá ya como tal entre 1954 y 1956.

«En Pensamiento y poesía española resalta que en el propio fracaso español anida la trágica esperanza, que atravesará toda la obra de la pensadora, en suma, la máxima esperanza en el resurgir de una democracia en España, como la historia ha demostrado», argumenta Moreno.