El evocador título del último movimiento de la sinfonía nº 12 de Shostakovich, Amanecer de la humanidad, trae el cierre de la última temporada de la OFM. Curiosamente, una obra del siglo pasado es la protagonista del concierto de clausura cuando la realidad de la programación, que ahora concluye, ha sido todo lo contrario. El romanticismo nacionalista ha copado buena parte de los conciertos entorno a páginas ciertamente recurrentes unas y calculadas otras. Da la impresión que los distintos abonos respondían a concesiones a sectores concretos del público. En cuanto se sale de ciertos moldes aumenta proporcionalmente la capacidad de dispersión dentro de la sala de conciertos con las habituales molestias por todos conocidos. Esta próxima temporada también contaremos con ellas.

Veintinueve propuestas, Ciclo de Cámara, Filarmónica Frente al Mar y Abono, conforman el grueso de la actividad de la Filarmónica para la próxima temporada. A ello habrá que sumar su participación en la Temporada Lírica - si un milagro no lo remedia- con una más que probable única actuación. Los compromisos adquiridos de forma extraordinaria como el Festival de Música Española de Cádiz o las habituales colaboraciones en el foso del Villamarta de Jerez cierran el grueso de la agenda.

Hacia finales del mes de octubre arrancará la novena cita del Ciclo de Cámara, para la ocasión el Cuarteto con Fuoco abre estos encuentros con un programa alemán -Mendelssohn y Schumann. Le continuará en febrero el Cuarteto Varesse donde Beethoven y Brahms completan los dos monográficos dedicados a esta decisiva escuela. Cabe reseñar la interesante propuesta para el segundo martes de noviembre, el siglo veinte francés ocupará los atriles con obras de Francaix, compositor que se adentró en el mundo de la gran pantalla; Jolivet, miembro del grupo La jeune France, y Poulenc, el autor de Diálogo de Carmelitas y La voix humaine, que pudimos saborear, esta última, en el Cervantes hace varias temporadas con Lorenzo Ramos en el foso.

El arpa de Miguel Ángel Sánchez y la flauta de Juan Antonio López darán paso al recital de la violinista Marina Peláez donde la escuela alemana de Brahms se contrapondrá al veinte ruso a través del op. 134 de Shostakovich. La formación clásica del cuarteto Mainake nos propone un viaje entre la Italia de Vivaldi y Boccherini, la Viena de Haydn y finalmente la escuela española representada por Tárrega, Albéniz y Falla. En mayo la clausura del ciclo lo llevará a cabo el Trio De Winne -flauta, violonchelo y fortepiano- y dos figuras centrales del clasicismo alemán y vienes: Haydn, que posee una extensa literatura para esta formación, y Beethoven, afianzador el género.

Violín, violonchelo, piano, contrabajo y clarinete serán los instrumentos concertantes para el Ciclo La Filarmónica Frente al Mar que con esta cuarta temporada se consolida como otro de los pilares de la OFM en su labor divulgativa de la música clásica. La viola de Isabel Villanueva atacará el concierto inaugural a comienzos del mes de octubre con una pieza de W. Walton, al que continuará la sexta de Dvorák. Eduardo Portal en la dirección y el cello Beatriz Blanco interpretarán el concierto en mi menor de Elgar en el mes de noviembre. Llegados a diciembre el actual titular del conjunto malagueño estrenará Alba de los caminos de A. García Abril con el piano de la malagueña Paula Coronas - quien en enero publicó su último trabajo centrado en compositores malagueños- toda una especialista en la obra del maestro aragonés.

Marta Sanchéz interpretará el Divertimento concertante para contrabajo y orquesta de N. Rota, compositor que también está incluido en el Ciclo de Cámara. El concierto imprescindible de la Filarmónica Frente al Mar nos llega el once de marzo de la mano del maestro Salvador Vázquez con un programa monográfico Fauré que incluye en la primera parte laSuite de Pelléas et Mélisande y en la segunda el Réquiem con el Coro de Ópera de Málaga y el debut del barítono malagueño Luis López, una voz muy a tener en cuenta. Los aficionados a la lírica van a encontrar en este solista un futuro referente en la escena nacional. Mozart con el Concierto en la mayor para clarinete y la rítmica Séptima sinfonía de Beethoven pondrán el broche en mayo a estos programas que junto al Ciclo de Cámara tanto éxito de público están cosechando.

Dejamos para el final la temporada de abono, motor central de la OFM, que arrancará el once de septiembre con el Concierto para violín y orquesta de Beethoven de manos del actual concertino de la Orquesta Nacional de Radio France Amaury Coeytaux; junto a él una nómina de diez intérpretes subirán al escenario del Cervantes como Alexander Korsantia que junto a la batuta de Yoav Talmi, su quinta de Shostakovich hace dos temporadas dejó muy buen sabor de boca entre el público, interpretarán un programa ruso con concierto número tres de Prokofiev y la segunda sinfonía de Rachmaninov. La Sinfonía concertante para violonchelo y orquesta, también de Prokofiev, volverá a ser interpretada de la mano de Pedro Peláez, finalista del Primer Concurso de Jóvenes Talentos organizados por orquesta.

La trompeta de Francisco Florez aparecerá en febrero coincidiendo con el veinticinco aniversario de la OFM. Florez cerrará una primera parte iberoamericana con una obra para trompeta y orquesta de E. Oscher, Mestizo y abre el concierto una pieza del dieciocho del compositor checo J. B. G. Neruda. Kun Woo Paik, piano de la escuela asiática, estará en escena para el final de la temporada interpretando a F. Busoni junto a las cuerdas de bajos y tenores del Cármina Nova. Esta misma formación coral nos acercarán en el abono de Semana Santa junto a Jordi Casas la Gran Misa en do, de W. Mozart, un año más el compositor salzburgués protagoniza uno de los conciertos estrella de la temporada.

Beethoven y la monumental novena sinfonía, la cual no escuchábamos desde la batuta de Edmon Colomer. Protagonizará el concierto de Navidad de la Filarmónica, en las voces solistas de Claudia Guarín, Mireia Pintó, César Guitiérrez y Toni Marsol, c el Coro de Ópera de Málaga todos bajo la batuta de Manuel Hernández Silva. El actual titular de la OFM asumirá el peso de nueve de los quince programas que componen la próxima temporada con retos como la séptima sinfonía de Bruckner, la Titán de Mahler el prometedor programa francés de abril, y la décima de Shostakovich.

Nicholas Milton, una de las batutas preferidas por los aficionados malagueños y que estuvo entre los posibles titulares - queda clara nuestra preferencia- vuelve a dirigir a la Filarmónica con Elgar y Strauss como protagonistas. Georg Mark, Eduard Topchjan y Kaspar Zehnder completan la nómina de batutas invitadas todas ellas abaladas por un solvente currículo que prometen experiencia en el podio.

En cuanto al repertorio, la escuela alemana impone su presencia junto a la escuela rusa en el grueso de la programación hay una tímida representación de la música española con una única obra de Moreno Buendía. El diecinueve y veinte francés nos acercará a Debussy Chausson y Ravel del que escucharemos su Rapsodia española y el célebre Bolero. Inglaterra nos acercara a Elgar y Finlandia recordará nuevamente la segunda sinfonía de Sibelius. Un italiano, F. Bussoni será el encargado del cierre de la temporada con su extenso concierto en do mayor, obra que la propia OCNE incluye en su programación para el mes de febrero.

También apreciamos una vuelta al escenario del repertorio del siglo veinte frente a la importancia dada al diecinueve durante la temporada pasada. No conoceremos ningún estreno, seña habitual del conjunto sinfónico en años pasados, a excepción de la página de García Abril en la Filarmónica Frente al Mar y Paula Coronas en el teclado. Vemos cumplida la reivindicación de otro sector más permeable del público que de alguna forma rompe esos moldes hasta ahora dominantes. Estos quince conciertos llegan cargados de intención y vocación de acercamiento, nota extensible al resto de ciclos formando un todo equilibrado. Cada concierto es una invitación y una buena excusa para ahondar en el repertorio desde la perspectiva de intérpretes y las batutas que se asomarán al podio de la OFM.

A pesar de todo, queda mucho trabajo por delante, en primer lugar reivindicar el papel de la Filarmónica dentro del contexto cultural de la ciudad y que hace muy necesario una mayor promoción y difusión no sólo de su agenda, sino también todas aquellas actividades que genera a lo largo del año. Y en segundo, apuntar que las palabras, las declaraciones e incluso las propias mociones no son suficientes en temas tan concretos como la propia sede de la orquesta, el programa de patrocinio y mecenazgo que le permitan generar ingresos propios. Sigue pendiente ahondar en segmentos concretos de la ciudadanía, la especial atención a los jóvenes que son, al fin y al cabo, los que van a rejuvenecer las butacas y abonos. Con todo, el próximo once de septiembre el maestro Hernández Silva inaugurará la temporada. Abónense a esta aventura musical.