La obra Memorias de Adriano, firmada por la célebre pluma de Marguerite Yourcenar, cobrará vida en el Teatro Romano de Málaga hoy, mañana y pasado, gracias a la compañía La Tarasca. Será la primera función de la parcela mañalagueña del ciclo autonómico Teatros Romanos de Andalucía, que retoma los legendarios espacios patrimoniales para el uso para el que fueron creados.

Una iniciativa que parece gustar: de hecho, la gran novedad de esta edición malagueña del ciclo estriba en la ampliación del aforo del Teatro Romano, pues se ha optado por habilitar las zonas más cercanas al escenario, incrementando así, el número de plazas a 510. Una cifra que supera en 80, el número del año anterior. Manuel Corrales, director del enclave, insta a seguir el rumbo del camino marcado, ya que con este tipo de programaciones «se revalorizan los teatros y los yacimientos arqueológicos, recuperando y poniendo en valor nuestro pasado».

Con Roberto Quintana y Helena Catañeda en los papeles protagonistas, Memorias de Adriano mostrará a un César muy humano, rodeado de una espiral de triunfos, problemas internos, conquistas y vaivenes de poder. Además, no se omite la figura de Antínoo, quién fuera amante del emperador, famoso por una belleza que fue plasmada en multitud de bustos que quedaron para la posteridad.

La adaptación de la obra corre a cargo de su director, Antonio Bocanegra, que introduce la estructura del teatro clásico, compuesta por Prólogo, Párodos, Episodios, Éxodo y Epílogo. Bocanegra se siente orgulloso de esta representación, en especial por lo que tiene de reivindicación de su protagonista: «Adriano es un personaje histórico que supuso un cambio en la política de gobierno de una sociedad además de ser un gobernador con la cabeza bien amueblada, para quien fundar bibliotecas era más importante que conquistar territorios».

Tras Memorias de Adriano, el Teatro Romano de Málaga acogerá las obras Miles Gloriosus -del 8 al 11 de julio-, Restos/Fedra -del 16 al 18- y Medea -del 23 al 25 del mes-.