Las hermanas Lusine (piano) y Veronika Nahapetyan (violín) se arrancan con el tiempo largo del concierto número 5 para clave de Bach, aunque en esta ocasión el violín lleva la voz cantante. Tocan en la sala preparada como auditorio de la nueva escuela de música Hayarte (www.hayarte.org), en el núcleo comercial del Cerrado de Calderón (Paseo del Cerrado de Calderón, 18) pero la maravillosa música de Bach no escapa de esta sala, que como el resto de la escuela ha sido reciamente insonorizada. «Para discotecas piden 75 decibelios y para este tipo de escuelas 65», precisa el violonchelista Virgilio Meléndez. «Yo no trabajo aquí ni doy clase pero soy un poco la cabeza pensante y para echar una mano en lo que pueda», cuenta.

Hayarte es una nueva escuela privada de música, que en Málaga, al igual que pasa con los grandes amigos, se pueden contar con los dedos de la mano y sobran. Pero lo que no parece sobrar son las ganas de aprender música. «Aunque en Andalucía, en comparación con el resto de España, hay bastantes conservatorios elementales, la demanda sigue subiendo porque por ejemplo, según me contaron, en el conservatorio Manuel Carra se quedaron 61 niños de 8 años sin entrar y luego gente de 12, 13, 22 años que quiera estudiar música hoy en día lo tiene muy difícil», explica Virgilio Meléndez, por eso recalca que «estamos un poco para la gente que quiera iniciarse o la que su ilusión ha sido tocar un instrumento y no puede entrar en un conservatorio».

Inaugurada hace sólo dos meses y con capacidad para 200 alumnos, la escuela ya cuenta con los primeros alumnos, «y muchos se están apuntando para septiembre», detalla Veronika Nahapetyan.

La familia de esta violinista armenia que acaba de tocar a Bach no tiene mucho que envidiar, precisamente, a la musical familia de Juan Sebastián Bach, porque la mayoría de sus miembros, incluida la familia política, son músicos. «Con 16 años me vine con toda la familia a Málaga», cuenta. Los cinco hermanos (cuatro hermanas y un hermano) son intérpretes o cantantes.

Lo peculiar de la profesora es que para las clases utiliza un violín francés de mediados del XVIII que su marido compró a un arquetero de Nerja (el arquetero es quien fabrica los arcos para los instrumentos de cuerda).

El nacimiento de Hayarte tiene mucho que ver con las facilidades familiares que a la escuela le ha proporcionado Rosario Jiménez, tía de Virgilio, que ha puesto el local de 160 metros cuadrados. De momento, Hayarte ofrece las especialidades de saxofón, piano, violín, canto y guitarra, incluida guitarra eléctrica, además de teatro musical, música y movimiento e iniciación musical para los más pequeños.

«Es una forma de que los niños chicos, que todavía no tienen edad para empezar con el do, re, mi ni a cantar con partituras estén interiorizando estos ritmos y desarrollando la coordinación que luego es tan buena para tocar un instrumento porque tienes que emplear las dos manos», señala Virgilio, mientras Veronika Nahapetyan resalta que la escuela «cuenta con instrumental para prestar a los niños en caso de que quieran probar durante un tiempo» sin necesidad de comprar los instrumentos.

El pasado viernes, en la inauguración, el compositor Miquel Ortega creó una composición para el evento para cuatro violines, chelo, trompa, oboe, piano, canto y viola. Música de estreno en el Cerrado de Calderón.