Echar un repaso a las más de 20 canciones que tocó anoche Sir Elton John en el Palacio de los Deportes José María Martín Carpena es recuperar una selección de joyas del mejor pop rock de todos los tiempos: de The bitch is back a Crocodile Rock, el repertorio que acometió Reginald Kenneth Dwight en su regreso a Málaga tras una década es sinónimo de gloria. Pero es que, además, el cantante y pianista demostró que vive un momento artístico envidiable, con la vitalidad y su capacidad como showman absolutamente intactas. Así que anoche cerca de 6.000 personas acudieron a ver y oír a un grande de la música popular.

Un vistazo a los números: Elton John ha logrado 35 discos de oro y 25 de platino, ha vendido más de 250 millones de discos en todo el mundo y tiene el récord de single más vendido de todos los tiempos. Empezó su carrera en 1969 y ha dado más 3.000 conciertos en todo el mundo. De poco importan las cifras, si no hay un talento genuino detrás, si no hay álbumes como Goodbye Yellow Brick Road (1975, 40 años justos se cumplen de la publicación de uno de los discos definitivos de su década), Honky Chateau (1972), Tumbleweed Connection (1970). Ni tampoco sirven si detrás no hay un intérprete con carisma: mientras en su actuación del Hipódromo de Mijas -en aquel ciclo de conciertos de grandes artistas que se tuvo que suspender por el fiasco en las previsiones de sus organizadores- de 2005, Elton estuvo algo frío y hosco, anoche se levantó de la butaca del piano en numerosas ocasiones, saludando, mostrando sus impagables chaquetas con brillantes... Caminó como suele hacerlo por la fina línea que separa lo extravagante de lo elegante, una de sus marcas registradas.

Empezó el recital con puntualidad británica -y algún que otro problema logístico con las entradas despachadas online, que fue rápidamente subsanado- y con un Elton en un inenarrable atuendo azul -hasta las gafas de ese color-. Y ya desde el comienzo, con The bitch is back, ritmazo con Elton sentado sobre el piano, aporreando las blancas y las negras con el swing que no han aminorado los años. «Estoy encantado de estar en España, en este clima caluroso y con gente de aspecto tan saludable»: así saludó Elton a su público -media de edad de 50 años para arriba; mucho británico, claro- tras la ejecución de su tercer tema, Candle in the wind.

A mitad del recital, las pantallas instaladas en el Martín Carpena empezaron a ofrecer una cuidada animación con imágenes de la propia vida del artista británico, una existencia que va mucho más allá de lo personal para llegar a lo generacional y lo social: no muchos artistas han hecho tanto o más que Elton John por la visibilización y la igualdad de los derechos de la comunidad gay. De hecho, imágenes de sus hijos coronaron el repaso sentimental. Y seguía la música, como esa intro solo al piano de Rocket Man, uno de los muchos detallos que dejaron claro que lo de Elton John es clase y talento. De los que ya no sobran.