­Los niños ya no quieren ser astronautas, y los primeros puestos en el ránking de profesiones más deseadas, que ocupan figuras del fútbol como Messi o Ronaldo, corren peligro, pues los chefs son los verdaderos ídolos de los más pequeños. Es el caso de Alberto, de 11 años, que participa en el curso de cocina para niños que el chef marbellí con dos estrellas Michelin Dani García organizó ayer en su restaurante de Puente Romano.

No tiene dudas y Alberto afirma que su futuro pasa por montar un restaurante y por parecerse a Dani García. Lo mismo le ocurre a José, que pese a tener sólo 7 años tiene muy claro que de mayor va a ser cocinero y va a abrir un restaurante italiano «innovador» donde no se servirán ni verduras ni pescado.

El ídolo gastronómico de estos niños confirma que le paran por la calle para hacerse fotos y considera «súper positivo» que los pequeños tengan como modelos a cocineros además de a futbolistas. «Una madre me dijo ayer que yo era para su hijo como para otro niño Messi y eso me hace mucha ilusión, no desde el punto de vista personal, sino profesional: ver que tu profesión haya llegado a ese punto», comenta García, que niega que se trate de una simple moda. Asegura que la cocina «ha llegado para quedarse».

Dani García está sorprendido con la calidad de estos cocineros en potencia y el primer consejo que les ha dado es que «cocinen» con la cabeza. Cree que es «impagable» poder recibir clases magistrales de cocina a tan temprana edad. «Ojalá yo tuviera ahora 9 años y estuviera aquí», comenta, al tiempo que nos preguntamos cómo sería este chef de fama internacional si además hubiera recibido clases particulares.

Es el segundo año que Dani García organiza este curso para niños en el que han participado, tras pagar 55 euros, veintiséis posibles futuros chefs, aunque las solicitudes se han acercado al centenar y la organización ha tenido que limitarlas. Los participantes han tenido que pasar una primera prueba en la que debían decorar un cupcake del que han salido cuatro capitanes. Se han formado cuatro equipos y cada uno ha preparado dos platos: cuscús y nuggets al horno rebozados; pastel de limón y pasta a la carbonara; hamburguesa y mousse de chocolate, y canelones de carne y ensaladilla rusa.

Inés, de 12 años, que ha preparado con el equipo rojo los canelones y la ensaladilla, se lamenta de que se le ha cortado la mahonesa. «Pero lo hemos conseguido arreglar y estaba bueno», señala orgullosa.

Uno de los objetivos del curso se ha cumplido: impulsar hábitos de alimentación y consumo saludables. Así, Inés ha tenido la oportunidad de conocer por primera vez el cebollino. Estos mini chefs tienen claros muchos conceptos de la alta cocina como el valor de las estrellas Michelín, que son «un premio que dan a las personas que tienen un restaurante en el que cocinan ellos y son los dueños», explica José.

Al final del curso, en el que cada equipo ha estado acompañado por uno de los jefes de cocina del restaurante Dani García, se han entregado cuatro premios: a la mejor presentación, mejor sabor, mayor creatividad y mejor ejecución. «En definitiva, este curso es cultura que te acerca a un público que no deja de ser futuro, dentro de diez o quince años serán mis clientes, o incluso mis competidores», concluye García.