­Aquel pegadizo estribillo con el que los Beastie Boys nos animaban a luchar por nuestro derecho a la fiesta bien podría ser el lema de los organizadores del Canela Party, un festival de música difícil de explicar sin que a uno se le agoten los adjetivos calificativos: divertido -sobre todas las cosas-, pero también es diferente, original, desinhibido, transgresor, underground, arrebatador o «el gran pitote del verano». La cita, organizada por el colectivo malagueño Culoactivo Canela, celebra su novena edición -los próximo 6, 7 y 8 de agosto- con la certeza de que este año se volverá a liar parda.

«Cada año acude más gente, desde todas partes de España, y cada año el público se supera con los disfraces», explica Álvaro Fernández, uno de los responsables de este particular evento, cuya filosofía «es ir un poco más allá» respecto a los festivales que se organizan a lo largo y ancho del planeta y «convertir también al público en protagonista». «Nos gusta decir que el Canela Party es el único festival en el que las bandas vienen a ver al público». Los disfraces y la lluvia de confeti son marca de la casa de la convocatoria, que además ofrece un cartel de bandas alternativas irrepetible, otra de la claves de su tremendo éxito.

«Somos un grupo de amigos a los que nos gusta la música a un nivel más profundo. Y somos curiosos a la hora de descubrir nuevos sonidos y nuevas bandas. Por eso hacemos un festival con los grupos que nos molan. Y cada año hacemos un cartel más ecléctico. Creo que el éxito radica en que no ofrecemos más de lo mismo sino para gente a la que le gusta descubrir grupos», confiesa Fernández.

Programa

El Canela Party 2015 arrancará el próximo jueves, 6 de agosto, en el Velvet Club con las actuaciones de Sugus, Siesta! y Sierra. El día siguiente, la fiesta se traslada al Artsenal del Muelle Uno. Allí se sucederán los directos de la Orquesta del Caballo Ganador y The Zephyr Bones, mientras se celebra por cuarto año consecutivo la fiesta de disfraces para niños y mascotas, que contará con un mini photocall, regalos y la actuación de un grupo de casi 40 niños de la Escuela de baile de Mónica Morales.

Y el sábado, tras degustar la paella que ofrece gratis el Drunk-O-Rama a todos los que presenten la entrada o el abono del festival, la sala París 15 abre sus puertas a la fiesta madre: el gran jolgorio que ha convertido al Canela Party en un referente a nivel nacional. El rock felino de Los Bengala; los inclasificables Za!; la reunión de Aina; la elegancia de los escoceses Young Fathers y la crudeza del dúo californiano No Age servirán de base sonora al desmadre malagueño más sonado. «La idea es pasarlo bien, olvidarnos de estilismos absurdos y pasar un rato genial», asegura Álvaro Fernández, que hace una advertencia a aquellos que no se atreven a plantarse una peluca o maquillarse: «Si eres tímido es peor que vayas sin disfrazar. Desde el minuto uno, el disfraz te desinhibe, te hace hablar con la gente y hacerte fotos, lo que genera a un buen rollo brutal».

El abono para los dos días (jueves y sábado) tiene un precio de 30 euros (anticipada). La entrada del sábado es de 25 euros (anticipada) y 30 en taquilla. Las actividades del viernes en el Muelle Uno son gratuitas.

Décima edición

El verano de 2016, el Canela Party celebrará su décima edición. Y sus organizadores ya piensan en ofrecer algo especial. «Parece que hemos decidido hacer un All Star. Tenemos una norma no escrita por la que nunca repetimos bandas, y la idea para el próximo Canela es hacer un recorrido por la música de estas nueve ediciones y ofrecer una representación de lo que han sido estos años».

Sobre la mesa también está la idea -que les acompaña desde el principio- de celebrar el festival al aire libre. El Canela Party es una iniciativa cien por cien privada que pese a su notable repercusión aún no ha encontrado ningún apoyo público. Ni siquiera el permiso para que este proyecto cultural, que el año pasado convocó a más 1.500 personas, tenga el cielo por techo.