Nacho Vidal es una de esas personas que no tiene miedo a probar nuevas experiencias en la vida. Tras haber protagonizado casi 1.500 películas porno, concursado en un reality show, realizar pinitos como modelo y crear música como DJ, el telón se erige como su próximo objetivo. Porque la pornostar debutará en nuestro Teatro Alameda como actor de teatro. Así, el Teatro Alameda dará cobijo a la comedia Jardín de Otoño, dirigida por Norberto Rizzo y, entre el 10 de diciembre y el 10 de enero del próximo 2016.

En su aventura, Nacho no estará solo, pues cuenta con un gran equipo compuesto por dos grandes actrices de prestigio nacional: ni más ni menos que, Concha Goyanes y María Alfonsa Rosso. Ambas actuarán como las mejores profesoras de Vidal, gracias a la dilatada carrera de ambas en las bambalinas de todo el país

El mito viviente del porno español espera salir con esta obra del encasillamiento a veces injusto que recae sobre los que ejercen su profesión en esta industria, y del que ya intentó zafarse hace unos años, cuando debutó en el cine mainstream con El alquimista impaciente.

Cine para adultos, cine convencional, series y ahora teatro ¿Se considera una persona polifacética?

Toco todos los palos, nunca mejor dicho... Yo lo que siempre he dicho es que si tienes dos brazos, dos piernas, un cerebro y ansias de aprender puedes hacer lo que quieras. Hay muchísimas cosas que la gente se sorprende. Me dicen: «¡No!, tu no sabes montar a caballo». Les digo: «Pues mira, sí; tengo 36 caballos en casa, mi tía es jinete olímpica, campeona de España y llevo montando desde los 3 años». O: «Tú no sabes montar en moto». «Ah, pues sí: mira los brazos que los tengo partidos de motocross de saltar y tal»... La gente no concibe que el personaje de Nacho Vidal pueda hacer otra cosa que no sea sexo, o que sea DJ. Yo he puesto música toda la vida, lo que pasa que no lo he hecho nunca de manera profesional, lo empecé a hacer porque se me pagaba por hacer de Micky Mouse en discotecas de Disneyland y no me sentía bien y quise aportar algo más y me puse a hacer de DJ. Yo soy aprendiz de todo y maestro de absolutamente nada y así quiero seguir siendo porque así he podido hacer una gran cantidad de cosas. A veces Encuentras una barrera absurda que no acabo de entender. He vivido en EEUU y ves a Jennifer López como actriz y cantante, es aceptada en los dos ramos, hace perfumes y tiene una marca de ropa. Llevo veintiún años haciendo lo que hago, y he hecho también cine convencional, series de televisión y videoclips.

¿Cómo surgió la oportunidad de debutar en el teatro?

Surgió como unos de esos cientos de proyectos que llegan a tu oficina y te llaman... Pero parecía imposible. La primera vez en un escenario, aparte de la Sala Bagdad [donde Vidal debutó en espectáculos pornográficos], fue en El club de la comedia con 997 personas delante. Había un monologuista que, antes de salir, estaba vomitando. Me di cuenta de que yo tenía valentía y coraje para subirme a las tablas delante de novecientas personas completamente vestido y podía aportar algo.

¿Cómo es su personaje de 'Jardín de otoño'?

Es un actor de telenovela, muy postizo, muy ficticio, al que dos solteronas que no han tenido marido ni hijos lo secuestran creyendo que él es igual que los personajes que interpreta.

¿Qué aportará a la obra?

El personaje de Nacho Vidal, a una obra como ésta, lo único que puede hacer es sumar, no creo que vaya a restar. Va a hacer que se hable un poco más de esto y los fans van a venir al teatro, porque hay gente que son seguidores de Nacho Vidal pero que nunca han acudido al teatro.

¿Le ha costado mucho adaptarse? Me refiero a que comparado con el mundo del porno, donde las interpretaciones no son lo más importante, esto ha debido de ser un esfuerzo...

Yo es algo que la gente no acabe de entender. Ahora me voy a Londres donde hemos estado rodando un mes una película porno... Porque hay pornografía explícita que tiene guiones muy gordos, muy potentes. La pornografía es muy amplia y yo tengo muchos registros hechos dentro de ese cine; por eso nunca me ha dado miedo hacer cine convencional. De hecho, cuando he rodado una película convencional, he terminado diciendo: «Bueno, ya hemos acabado, ¿ahora cuándo follamos?». La pornografía es muy extensa y no hay que pensar que nunca tiene guión ni interpretaciones... En el cine X hay películas muy importantes.

¿Piensa seguir en el mundo del teatro?

En el futuro pienso seguir en el mundo en general... Todo lo que se presente y me apetezca hacer y sea enriquecedor para mí lo voy a hacer. En ningún momento voy a mirar la parte económica porque la tengo solucionada con lo que hago, pero sí me tiene que apetecer y me tiene que divertir. Y a nivel interpretativo, pues imagínate, estar con estas dos mujeres que llevan más de cien años a sus espaldas de teatro, pues lo único que pueden hacer es aportar en mi vida algo bueno.

Y en el porno, ¿hasta que el cuerpo aguante?

Mientras me dé para pagar la hipoteca, el colegio de los niños... No tengo pensado salir de ahí, porque es lo que me está dando de comer. Ahora, yo tengo muchos amigos que son actores y están trabajando de camareros porque no trabajan más que para una película cada tres años y si les sale, y se las pasan todo el día en casting. La vida de un actor de cine convencional o de teatro yo creo que no es tan fácil como la del actor pornográfico. Nosotros trabajamos continuamente y viajando porque hay mucho más trabajo, con una industria que produce más de 60.000 películas al año, algo impensable en el cine convencional. Yo estoy muy cómodo donde estoy.

¿Cómo llevan sus hijos el que sea actor porno?

Un niño de 6 años o una niña de 8 años no deberían saber lo que es la pornografía, lo que son las drogas o cualquier cosa que pueda joderle la infancia. Un niño tiene que ser niño, hasta que deje de serlo, no le vamos a fastidiar la vida diciéndole que su padre hace pornografía. No es algo que me preocupe, un niño a esa edad no tiene que saber ni que los reyes son los padres, ni que sus padres hacen porno [la mujer de Nacho Vidal, Franceska Jaimes, también es actriz X].