Después de haber sido marginado por el régimen soviético pese a ser un idealista del comunismo, el artista Pável Filónov murió de inanición durante el sitio de Leningrado y cayó en el olvido, aunque ahora se descubre al público español en la sede en Málaga del Museo Estatal de Arte Ruso de San Petersburgo.

Esta institución rusa cuenta con unas cuatrocientas obras de Filónov, la práctica totalidad de la producción de este artista, que en vida, pese a las dificultades económicas, se negó a vender sus cuadros al extranjero por considerar que debían ser patrimonio de su país y mostrarse en un museo de arte analítico.

A su muerte en 1941, las obras quedaron en poder de la hermana de Filónov, quien en pleno invierno ruso las trasladó en trineos hasta el Museo de Arte Ruso para que se conservaran en sus almacenes, aunque no fue hasta 1977 cuando fueron donadas formalmente.

De forma apasionada, este representante de las vanguardias rusas, menos conocido que Malevich, Chagall o Kandinsky, sostenía que el pintor no debía copiar la naturaleza, consideraba que sus cuadros debían crecer como un árbol y se afanaba en pintar con detalle cada átomo de sus obras.

Las 66 obras seleccionadas para exponerse desde hoy hasta el próximo enero en Málaga permiten comprobar que Filónov es un artista "complicado", como admite en un recorrido por la exposición la directora artística del Museo de San Petersburgo y comisaria de la muestra, Yevguenia Petrova.

Pese a su formación académica y su dominio de la técnica, Filónov abandonó pronto las representaciones tradicionales al no considerarlas interesantes, abrazó en algunos momentos de su carrera influencias del futurismo y se decantó por un arte cercano al pueblo y alejado de lo profesional.

Entre sus aportaciones más singulares figuran los retratos, en los que intentaba mostrar el pensamiento del protagonista, o sus visiones del cosmos, una temática muy popular en los artistas de las vanguardias rusas.

A la última etapa de su vida, a partir de comienzos de la década de los años 30, corresponden obras que rompen totalmente con las preferencias estéticas de Filónov al entrar en el realismo, ya que fueron realizadas por encargo del régimen y aceptadas por el artista para sobrevivir, y muestran fábricas de tractores o trabajadores ejemplares.

Antes de Málaga, sólo se habían instalado exposiciones dedicadas a Filónov en el Centro Pompidou de París -en 1980 y 1990- y en la ciudad alemana de Düsseldorf -también en 1990-, aunque el director general del Museo de San Petersburgo, Vladimir Gusev, cree que este artista ruso será más valorado en España.

"Conectará mejor con el temperamento español, por ser un artista activo y apasionado", ha afirmado Gusev, que ha calificado a Filónov como "una página muy especial en el libro de las vanguardias rusas", a pesar de que siempre se suele hablar de Kandinsky, Chagall o Malevich.