A finales de los setenta, década fecunda para el "asociacionismo" pictórico en nuestra ciudad, Jorge Lindell y Dámaso Ruano, entre otros, crearon el Colectivo Palmo. Era un grupo abierto, que respetó la esencia de que la creación proviene de la libertad íntima y no de dogmas ni de normas; un paraguas bajo el que se cobijaron grandes como Manuel Barbadillo, Pepa Caballero, Enrique Brinkmann, Stevan Von Reiswitz... Hoy, despedimos a uno de sus artífices, Lindell, quien ha fallecido en Málaga.

Jorge Lindell (Málaga, 1930) nació en un ambiente de respeto y cultivo de la cultura ?su padre fue catedrático del Conservatorio María Cristina? pero también de autonomía y respeto; de hecho, Lindell fue un pintor autodidacta, hecho que se refleja en su obra, alejada de formalismos, siempre en búsqueda de la calidez y la humanidad. Lo describe a la perfección Víctor Pérez: "Azules cálidos, marrones terrosos o rojos delicados inundan los lienzos de Lindell, que trazos concisos y amplios nos llena de sugerencias y lirismo. Porque la pintura y los grabados de Jorge Lindell son siempre un reto a la imaginación y una llamada a la sensibilidad".

Lindell también destacó como gestor cultural: fue promotor del primer Certamen del Grabado Andaluz, creó el primer taller de grabado en Málaga, gestionó durante ocho años la sala de exposiciones del Ateneo y, desde 2008, era Académico Numerario de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.

Decimos adiós a un hombre preocupado por expresarse artísticamente y por la dimensión cultural de la ciudad. Pero seguramente Jorge Lindell no querría que lloraran por él: dicen que el Colectivo Palmo, tras casi diez años de intensa actividad plástica y cultural, llegó a su fin en 1987, "con una pantagruélica mariscada de despedida en la playa".