­El apoderado de Saúl Jiménez Fortes, Nemesio Matías, señaló ayer que el torero malagueño se encuentra «sedado e intubado» en la Unidad de Vigilancia Intensiva (UVI) del Hospital Clínico Universitario de Salamanca, donde, según el parte médico, está «estable» dentro la gravedad. Matías, que aguardó toda la noche en el citado centro hospitalario de la capital salmantina, cuenta que son momentos «muy duros» y que todo su entorno está «consternado y muy preocupado», ya que la cornada ha afectado a la lengua y a la región nasal, ha destrozado el paladar y llega hasta la base del cráneo. «La noche ha sido muy larga. Los doctores no nos dicen todavía nada concreto. Nos piden que tengamos paciencia, que hay que esperar, al menos, de 24 a 48 horas para ver cómo evoluciona, tiempo en el que le mantendrán la sedación», señaló el apoderado.

Fortes resultó cogido al recibir de rodillas con el capote a su primer todo, de la ganadería de Orive, del festejo celebrado ayer en la localidad salmantina de Vitigudino. El astado le arrolló contra las tablas, metiéndole el pitón por debajo de la barbilla, levantándole hacia arriba y provocando una importante hemorragia.

Familia

La familia del joven espada malagueño, de 25 años, llegó en la madrugada del domingo al Hospital Clínico de Salamanca para estar al lado de su hijo, que ayer sufrió una cogida durante el festejo celebrado en la localidad salmantina de Vitigudino. Su padre, Gaspar Jiménez, que fue banderillero, y su madre, la torera Mary Fortes, no se separan de la puerta de la UVI, acompañados por su otra hija, Verónica, y miembros de la cuadrilla del Jiménez Fortes.

La única noticia alentadora es que la cornada «no ha seccionado ni ha afectado severamente ningún vaso vital», motivo por el que los médicos han comunicado que el torero se encuentra «fuera de peligro», aunque haya que esperar varios días más para ver la evolución, y los posibles daños y secuelas que puedan quedarle.

Esta cornada ha evocado a aquella otra muy parecida que también sufrió Fortes hace tres meses (el 14 de mayo) en la Feria de San Isidro, también en la zona del cuello. No obstante, el apoderado matizó que esta cornada de Vitigudino es «mucho más grave» que aquella de Madrid, «por la cantidad de daños que produce»: «En la de Madrid el pitón atravesó el cuello de lado a lado y ésta ha sido de abajo hacia arriba, lo que produce importantísimos daños en la zona de la cara, llegándole, incluso, a la base del cráneo».