¿Cómo le ha ido en este recorrido de una década?

El balance sólo puede ser positivo. Estamos felices con la trayectoria de la editorial, con los libros que hemos publicado y con los lectores que hemos conseguido que los lean. Esperemos que sea sólo el principio de una larga vida.

«Huye de lo afectado, publica poco, busca la vida», dice en el catálogo conmemorativo, ¿sigue siendo su filosofía editorial una década después?

Sin ninguna duda. La primera y la tercera frase definen también mis gustos como lector. Y la segunda creo que es un aspecto básico de nuestra filosofía editorial, pienso que mantener un ritmo de publicaciones es básico si se quiere mantener la coherencia del catálogo -esa íntima relación entre todos los libros que se publican que muchas veces es difícil de explicar en qué consiste- y el control artesanal sobre todos los procesos editoriales, que es la única manera de asegurar que todas y cada una de las tareas que se realizan en la editorial se hagan de la mejor manera posible.

¿Qué libro le hubiera gustado publicar y qué otro no publicaría nunca?

Muchísimos, pero por ser concreto citaría Léxico familiar, de Natalia Ginzburg. Y creo que publicaría muy pocos de los libros que se editan cada año en España, pero no por ello creo que sean superfluos; cualquier libro que deje a un lector contento me parece que merece haber sido publicado. Por citar alguno digamos que no publicaría nunca 50 sombras de Grey.

El nombre de Libros del Asteroide no es casual, hace varios guiños a su carrera.

A mi paso por Planeta, a El Principito de Saint Exupery, una lectura importante en mi vida, ¡hasta participé en una adaptación teatral del mismo! Pero también tiene que ver con la voluntad de independencia y audacia que quería tener la editorial desde el principio.

Con el tiempo las condiciones gravitacionales iniciales para publicar se han ido abriendo…

Siempre hemos ido evolucionando, empezamos publicando sólo literatura extranjera de la segunda mitad del siglo XX, luego abrimos una línea de rescate de autores españoles (Chaves Nogales, Pla, Gaziel, etc.), posteriormente nos abrimos a la literatura extranjera contemporánea (Cameron, Doig, Kushner, Rolin), y luego, poco a poco, empezamos a publicar autores españoles y latinoamericanos (Puig, Ramis, Halfon, Ordóñez y Nopca). Y creo que de momento ya no queda mucha más apertura posible...

¿Por dónde irá el futuro de Asteroide?

Nuestro objetivo en los próximos años es consolidar la nueva línea de publicación de autores españoles y latinoamericanos, y continuar haciendo las cosas igual: cuidando al máximo la edición de los libros y su difusión, y manteniendo la editorial en un tamaño relativamente pequeño que nos permita seguir trabajando artesanalmente, como hasta ahora, poniendo un cuidado especial y personal en cada uno de los libros que hacemos.

¿A qué público se dirigen las propuestas de su catálogo?

A los buenos lectores: aquellos que buscan buena literatura, que además de entretenimiento buscan un libro que les conmueva y les amplíe su visión del mundo. Yo tiendo a imaginármelos como amigos a los que tuviera que recomendar libros.

¿Cómo cree que puede sobrevivir el libro entre tabletas, smartphones y canales televisivos? En estos diez años han pasado muchas cosas: no había crisis (en 2005), no había facebook, ni tabletas y los libros se vendían más...

Hoy en día hay que publicar sólo buenos libros y hacerlo de la mejor manera posible. Es evidente que hay más competencia que nunca por el tiempo de ocio de los lectores y que la lectura tiene que competir con el tiempo que utilizamos para relacionarnos a través de las redes y también con otros pasatiempos que son muchas veces más fáciles. Pero la buena literatura sobrevivirá, porque es capaz de mostrarnos la vida con una profundidad y verdad a los que otros medios no se pueden si quiera acercar. Otra cosa es que haya libros malos que no aguanten la comparación y que la gente prefiera hacer otras cosas con su tiempo que invertirlos en leer algo que no merece en absoluto la pena.