¿Qué tal la reacción del público, tras el primer pase?

Emocionante. Muy emocionante. La verdad es que siempre te esperas que tengan una reacción buena, que les guste, pero es que la gente se levantó y empezó a aplaudir, todos mirando al equipo de la peli, y durante un rato [ríe]. Yo me emocioné. Dani, Luis, todos nos emocionamos mucho. La verdad es que fue mágico. Ni en nuestros mejores pensamientos lo hubiéramos esperado.

¿Cómo afronta como actriz un thriller, en tanto que es una película de género?

La película tiene mucha acción, pero en el guion no la ves, tú lees una historia. Y yo cuando leí el guion vi una historia que me interesó muchísimo porque era impredecible, y pensé: «Dios mío, es uno de los mejores guiones que he cogido desde hace mucho tiempo».

¿Y cree que esta historia tiene algo de particular, que lo diferencia del resto de thriller?

Si quitas la acción tienes una película con un tema muy actual y dramático. Si la pones, le das mucha más emoción, porque da mucha más taquicardia, no. Pero para mí tiene esas dos cosas, es como un complemento, es como un equilibrio, normalmente no hay una historia tan potente detrás de una película con mucha acción.

La película tiene un componente que quizá se entienda mejor en España, por la crisis: el protagonista es un ejecutivo de banca contra el que alguien se quiere vengar...

No, yo creo que lo entienden perfectamente. Es el abuso a una persona, y la coacción a alguien sin importar en qué situación se queda el otro. Y yo creo que eso, desafortunadamente, es universal.

¿Cuál es el aspecto de la psicología de su personaje que le supusiera un mayor reto?

La impotencia de esta mujer. Tiene mucha llamada telefónica, está mucho sola, intentando resolver desde el teléfono. Cuando leí el guion pensaba que me encantaría que se la viera en esos momentos, porque son muy potentes. Pero luego me di cuenta de que entonces la película perdería esa impotencia, ese no poder salir del sitio?

¿Fue entonces un reto tener que expresarse solo con la voz?

Lo que hice fue sentirlo. Depende del actor, pero yo cuando no interpreto estoy más concentrada en lo que está pasando, no es lo pongo en la mirada, lo pongo en tal cosa, es todo un conjunto. En una escena estaba en una plaza, corriendo, y de repente veo que hay un corro de gente que empezó a aplaudir. Yo no los había visto en toda la escena porque estaba a lo que tenía que estar. Esas cosas son mágicas.

¿Cómo fue el trabajo con Daniel de la Torre, que dirige con El Desconocido su primer largo?

Maravilloso, porque es una persona muy, muy, muy generosa, con mucho temple, mantiene muchísimo la calma, no se sabe cómo está por dentro pero desde luego a ti no te lo transmite, y sabe mucho de lo que está haciendo. Eso se agradece.

¿Y con los compañeros, con Javier Gutiérrez, Luis Tosar?

Con Javier tengo menos escenas, pero es excelente actor, y está fenomenal. La verdad es que todos hacen un trabajo espectacular. Y luego en Luis, al que ya conocía por amigos en común, he descubierto un ser extraordinario. Ya sabemos de su talla como actor, pero como ser humano es brutal.

¿Es arriesgado plantear un thriller desde España compitiendo con producciones estadounidenses que tienen más medios?

No, para nada. Ya la verás, te va a sorprender muchísimo.

En tres ocasiones ha estado nominada al Goya. ¿Podría conseguirlo con esta?

Ah, no sé, eso nunca se sabe [ríe]. Lo importante es que la gente vaya al cine, que disfrute y que se enamore de la historia y que le deje muy buen sabor de boca. Por ahora, esa es la prioridad.

¿Alguna anécdota del rodaje de El Desconocido?

Tengo bastante voz en off, y una vez que estaba grabándola vi a un grupo de chicos que estaban mirando el rodaje. Llevaban dos horas esperando, y uno le dice al otro: «Yo ya me voy, yo ya paso» y el otro: «Que no, tío, que no, que aquí petan coches, que ayer vi una cosa espectacular». Creo que el rodaje tenía a la ciudad [A Coruña] muy alterada, en el buen sentido.