Aún conserva la cinta de casete de Carlos Cano que de niña escuchaba en el coche de su padre. Y el recuerdo de haber coincidido con el cantautor en la Peña Malaguista durante una Feria. No cruzaron palabra, pero la admiración de Pasión Vega hacia el granadino no hizo sino crecer con el tiempo. Tanto que su último disco, Pasión por Cano, está dedicado al legado del «renovador integral de la copla». Así lo define la malagueña, que el domingo acude al Cervantes (19.00 horas) para rendir homenaje al autor de María la Portuguesa.

Aunque ha presentado este disco en espacios tan importantes como la Alhambra de Granada, el Teatro de la Maestranza de Sevilla o el Teatro Real de Madrid, seguro que el pellizco de acudir al Cervantes será un tanto especial.

Por supuestísimo. Es mi tierra. Y siempre quiero estar perfecta en ese teatro, donde me he sentido tan querida y donde di mis primeros pasos. Volver a casa es siempre motivo para ponerme nerviosa. Aunque al mismo tiempo también sientes esa tranquilidad de ver a un equipo de gente que ya conoces, desde los acomodadores hasta la gente que está en camerinos. Me hace mucha ilusión volver, aunque me sigo poniendo nerviosa.

Y que nunca falten esos nervios...

Es algo fundamental. Y síntoma de que quieres hacer las cosas bien, que no te conformas. También es síntoma de que estamos vivos. Creo que lo hermoso de esta profesión es eso: que te hace sentir viva. Y que detrás de un éxito no pasa nada si no continúas y continúas. Es una carrera de fondo y el disfrute está en el camino; en cada proyecto, en cada concierto y en cada mirada de cada persona del público.

En una entrevista, Jesús Quintero le preguntaba a Carlos Cano qué es lo que le atraía de la copla. El cantante le respondió: «La pasión».

Para darle sentido a cualquier cosa que hagamos en la vida, desde lo más sencillo a lo más complicado, es necesaria la pasión, una palabra que tanto me sigue a lo largo de mi vida y que es tan importante. En la copla es fundamental. La pasión es el punto de partida de todos los estilos o géneros musicales que nacen de lo popular. Y para poder llegar al corazón de la gente con estas vidas contadas en tres minutos es fundamental sentirla. La pasión, más allá de ser mi nombre artístico, define perfectamente un género que sigue estando vivo.

Y que actualmente goza de muy buena salud.

Sí. Es importante que nosotros mismos, tanto el público como los artistas, fomentemos la copla. Y saber ver que estas canciones están compuestas con una gran perfección y delicadeza; que poseen una música y unos textos maravillosos. Mi obligación en este momento consiste en sintonizar estas canciones con la gente de mi generación.

En la copla hay mucho de Andalucía. Y Cano admiraba, precisamente, la capacidad de la cultura andaluza de hacer universales sus propios asuntos.

Claro, qué duda cabe. Además, es el sueño de todo artista: llegar a todo el mundo sin que importen las diferencias culturales o el idioma. Y creo que sabiendo cantar una canción y sabiendo decirla se puede llegar a emocionar a cualquier persona.

¿Se vuelve uno más andaluz después de tamizar todo el legado del cantautor granadino?

Durante todo este trabajo me he sentido muy orgullosa de Carlos Cano y de nuestra Andalucía. Y de todos los genios andaluces que tanto han aportado a nuestra cultura, desde García Lorca a Picasso.

¿Cree que nos falta orgullo a la hora de reivindicar nuestra cultura?

Creo que sí. Y siempre lo he pensado. No sé lo que nos pasa. Presumimos poco de lo que tenemos. Y eso que tenemos los tesoros más maravillosos.

Cano también estaba muy pegado a los problemas de su tierra. ¿No cree que Andalucía sigue sufriendo los mismos males a pesar del paso del tiempo?

Totalmente. La única canción inédita que hemos grabado para este trabajo, Soy del sur, compuesta por Martínez Ares, habla de que volvemos a ver esa realidad y que se vuelven a repetir los mismos problemas de paro, de corrupción, de muchísimas cosas que siguen estando ahí y que no logramos quitárnoslas de encima. Y no es por falta de creatividad ni de materia prima. Al mismo tiempo que tenemos que sentirnos orgullosos de nuestra tierra debemos conseguir cambiar esos parámetros que hacen que no terminemos de levantar cabeza en Andalucía.

¿Tiene esperanzas en que se transforme este panorama tras las elecciones o cree que aún queda mucho para que se produzcan verdaderos cambios?

Todavía creo en la utopía, en que hay gente que quiere pelear por los ciudadanos y por una sociedad más justa. Gente que empieza con esa ilusión. Espero que por lo menos haya una alternancia, caras nuevas y gente joven que entra en política, porque creo que eso es muy positivo. Que no sea tan fácil mantenerse en el sillón de político. Tenemos que tener fe en el ser humano. Y creo que tiene que haber gente limpia de corazón que de verdad quiera mejorar nuestras vidas.

Seguro que Rajoy tuvo mucha fe en Wert, pero el destrozo del ya exministro ha sido tremendo.

Los que nos dedicamos a la cultura intentamos conservarla y compartirla. Pensemos que se puede solucionar tantos años de error. Imagino que habrá posibilidad de cambiar la situación, empezando por el 21% de IVA. En mi profesión es lo que más daño nos ha hecho. Ojalá que mañana se baje este porcentaje que en otros países está al 4% o al 8%. Parece que somos muy europeos para unas cosas y no para otras.