Todavía está en el recuerdo la noche del 4 de septiembre de 2014 en el Teatro Cervantes, fecha y lugar de la presentación de la aventura más ambiciosa en la historia del jazz malagueño -UNO, un álbum y un recital con más de treinta músicos, toda una orquesta de talentos-, pero Ernesto Aurignac no para, en esa eterna huida hacia adelante que es el jazz: el saxofonista malagueño da carpetazo a aquella odisea, para presentar su nuevo trabajo discográfico, Anunnakis, un regreso a formatos musicales más íntimos pero, asegura, igual de aventureros. Lo presentó anteayer en el Patio de Legos, en el Monasterio de La Cartuja (Sevilla).

«UNO fue un sueño hecho realidad y un proyecto que ha resultado de toda una vida dedicada a la música. Una experiencia única: he aprendido de producción, de marketing, de informática musical, de negocios, de amistad, de amor y de música, claro», nos cuenta Aurignac. Y es que no todos los días la revista All About Jazz dicen cosas como ésta de un combo liderado por un músico español: «Una de las orquestas de jazz más sublimemente montadas del siglo XXI».

Pero eso ya ha terminado: en el jazz siempre hay que mirar hacia lo próximo, hacia el siguiente solo, hacia la siguiente melodía... Ahora hay que hablar de Anunnakis: «Mi ambición musical con Anunnakis es la misma o mayor que con UNO. Está claro que no es lo mismo llevar un proyecto de 30 personas que un quinteto, pero a nivel musical la búsqueda siempre es infinita. Ni te imaginas la de vueltas que le doy cada día a este proyecto, a esta nueva música... A nivel tímbrico es un proyecto muy distinto a UNO, pero mi sonido o mi sello musical está en la música que he escrito para Anunnakis», asegura Aurignac, con «una ilusión máxima».

Le preguntamos por si Íker Jiménez -el presentador de Cuarto Milenio- está detrás de la inspiración del título del disco pero Aurignac dice no tener ni idea de quién es: «El título viene en relación a inquietudes y pensamientos que genera mi cerebro desde hace muchos años y que tienen que ver con el Universo, los planetas, las galaxias, las dimensiones, los sonidos, la vida y las teorías extraterrestres y terrestres. Todos los temas que he compuesto para Anunnakis tienen un reflejo de sonidos que imagina mi cabeza a partir de estas inquietudes cósmicas». Unas inquietudes que dan forma a un repertorio «más íntimo» en contraposición con los grandes arreglos de UNO y en el que, además, Aurignac tiene más peso como solista.

Es otro paso más del saxofonista malagueño en pos de la tradición de esa música que, para él, es «sinceridad, pureza y lo genuino»: «El jazz que me gusta es el que lleva por bandera la sinceridad, la pureza y lo genuino aderezado con mucho conocimiento. La tradición y el jazz que nace de la tradición. Cuando escuchas a un músico de jazz o a un grupo de jazz inmediatamente, en el segundo uno, sabes si han mamado, por derecho (como dirían los flamencos), de la tradición. El jazz que me gusta no es presuntuoso, ni es el que se hace para amenizar. No es el que lleva la etiqueta de temas graciosos de jazz, es en el que resuenan los ecos de Art Tatum, Lester Young, Thelonious Monk y Miles Davis». Escuchen a Ernesto Aurignac y disfruten con su visión tan apasionada como enciclopédica de la música más libre de todas.