Vetusta Morla ha cambiado mucho desde que a finales de los noventa iniciasen su andadura en Tres Cantos (Madrid). Después de 15 años sobre los escenarios, este grupo compuesto por seis valientes amantes de la música en la que creen es una de las grandes referencias del indie rock español. Una de las voces más autorizadas del grupo, Álvaro Baglietto, su bajista, atiende a La Opinión horas antes de aterrizar en Málaga para iniciar la recta final de su gira de La Deriva.

Llegan a un Martín Carpena que hace tiempo les espera, ¿con qué se van a encontrar sus fans?

Pues se van a encontrar con un final de gira muy emotivo, después de un año y medio recorriendo, sobre todo España, pero también América y parte de Europa. Llegamos en un momento en el que el repertorio no es tanto de presentación de La Deriva sino del cierre de lo que es a día de hoy la banda. Hemos hecho una selección de todo nuestro recorrido, que se completará con el nuevo single, Profetas de la Mañana, que estrenamos la pasada semana en Tarragona. Es un momento muy emotivo, porque es el final del recorrido, y es ahí donde empieza ya la intensidad, cuando atisbas el final...

Entiendo que se refieres al fin de la gira, no del grupo...

Bueno, eso entiendo yo también [risas]. Siempre queda una sensación algo rara después de una gira, porque es el momento de hacer un parón, de distanciarnos y de buscar otras cosas para poder seguir alimentando la música y las letras que hacemos. Siempre acabamos con un «volveremos», pero sin saber muy bien cuándo ni de qué manera.

Sonarán en Málaga seguro Copenhague o Saharabbey Road, temas míticos del grupo, ¿Va camino de serlo Golpe Maestro?

No lo sé. Esas dos canciones son del primer disco. Hay muchos conciertos en los que entran, y otros en los que no. Es difícil saber si Golpe Maestro entrará en la próxima gira. Habrá que saber primero cómo va a ser el próximo disco, que es lo que marca. y qué canciones, por estética o por mensajes, no entrarán en la próxima gira. Ahora es difícil saberlo.

Hace poco han estado en Sudamérica, llenando prácticamente todos los recintos, ¿qué balance hacen de esta gira?

En Latinoamérica es muy complicado entrar, y esto se produce porque no hay un sistema logístico claro. Hay mucho monopolio también entre los promotores, y las disqueras están perdidas o al final de su curso. Hace falta una especie de unión entre las bandas que vayan allí a hacer sus espectáculos, una especie de organización que te haga la vida más fácil allí, en cuanto a transportes, alquileres... No es fácil ir allí y tenerlo organizado, y más un grupo como nosotros, que no tenemos tantos apoyos y partimos siempre desde cero. Pero el balance es muy bueno, estamos muy satisfechos de todo lo que hemos hecho. Mucho barro, también, pero siempre con la compensación de que cada vez el público era más y cada vez era más el cariño recibido, que a fin de cuentas es lo que importa.

Le pido otro balance: ¿cómo ve el desarrollo del grupo desde su debut discográfico, en el lejano año 2008?

La verdad es que es un balance difícil de hacer, porque conlleva sentarse a pensar en todas las etapas, pero hemos cambiado mucho, al igual que nosotros en nuestra personalidad; ahora, por ejemplo, interactuamos en el escenario de una manera diferente. Y espero que sigamos cambiando, porque creo que ahí está la base del desarrollo, en ir probando, en no tener miedo al cambio. Nosotros hemos pasado por tres etapas muy diferentes, porque cada disco que hemos sacado nos ha dado una enseñanza diferente que nos ha hecho cambiar para enfocar el siguiente trabajo. Con La Deriva hemos aprendido mucho de los directos y de los shows. Desde fuera, parece que siguen manteniendo esa personalidad y humildad de los comienzos...

La humildad seguro, porque cuando esto empezó a funcionar ya éramos personas que habíamos pasado de todo. Yo ya estaba curtido, por ejemplo. Y no es lo mismo que te pille el éxito con 18 ó 20 que en una etapa más madura. Todos hemos pasado penurias y también momentos muy buenos. También el hecho de no parar y de empezar de cero en muchos lugares te asienta. Y he de decir que tampoco hay mucho ego.

Han pasado de ser un grupo absolutamente alternativo, autogestionado, a trabajar de otra manera, integrando a nuevos públicos no necesariamente indies.

Nosotros no nos lo planteamos en esos términos, sino de la forma natural en la que salen las cosas. No hacemos nada forzado, creemos que hay que ir haciendo las cosas que nos hagan ilusión, e intentamos ser coherentes con lo que pensamos.

Da la sensación de que son ustedes personas intensas y serias. ¿También hay humor en su forma de ver la vida?

Claro que lo hay, mucho... Siempre nos gusta estar de risas. A mí me gusta mucho la ironía del mundo y el doble sentido de las cosas... Veo humor en cualquier parte.