Está orgullosa de su trabajo, y se nota. En su colgante, el grabado de Forevar, título de su última colección, la delata. Cada una de ellas, necesita de tres o cuatro largos meses de trabajo intenso, que llegan a convertirse en dedicación exclusiva conforme se acerca el momento de la pasarela. Pero, en España, vender prêt-à-porter «es muy difícil porque no hay cultura de moda del día a día», lamenta la diseñadora Ana Locking, que tras presentar el pasado septiembre su colección más romántica, ha hecho un alto en el camino para dar una conferencia en La Térmica de Málaga, con la que pretendió «acercar la cultura de moda al gran público». «La gente se interesa por diseños para la red carpet, y sobre todo para la noche, y para bodas, comuniones y bautizos». Mientras que relega a un segundo plano, lo que ella considera «moda cotidiana», que ocupan multinacionales como Inditex, puesto que el precio de las prendas no suele superar los cincuenta euros que puede costar una de sus camisetas, por ejemplo. Por eso, aume que el 85% de su mercado se corresponde con la venta internacional. A pesar de ello, defiende su fórmula, la que ha usado en sus 14 colecciones, «la esencia de la moda».

Presentada, como es costumbre en ella, durante la última edición de la fashion week madrileña, su nueva creación «habla principalmente de la vida y del amor». Inspirada en la serie de televisión, A dos metros bajo tierra, una de las grandes ficciones de la pequeña pantalla, Ana pretende hacer entender que «cuando eres consciente de que todo es caduco, nada es para siempre, empiezas a disfrutar más de la vida y a valorar más las pequeñas cosas, y lo que te rodea diariamente». «Hay un gusto por el mínimo detalle, con pequeños volantes por ejemplo, y con una progresión muy romántica de los colores empolvados o pasteles, que contrasta con looks en naranaja flúor, para representar una metáfora al compararlo con los momentos en los que de repente sucede algo que cambia tu vida», explica. La mezcla de diferentes texturas y materiales, también está presente con combinaciones de tejidos nobles, como gasas, con otros muy vanguardistas como los neoprenos. O con el uso de tejidos muy clásicos, como lanas y algodones, pero con acabados muy especiales como los engomados, entre otros.

Ana Locking, una diseñadora conceptual por definición propia, se siente cómoda pensando que crea para personas, que como ella misma intenta, «son capaces de cumplir sus sueños a través de sus medios, que sabe lo que quiere, que se siente segura, y por eso es valiente y arriesga». También confiesa que puede llegar a ser maniática al intentar que «todo hable de la colección, no solamente la ropa, el peinado, el maquillaje, la música escenografía y luz del desfile. Y luego, por supuesto, todos los accesorios», comenta encantada.