La cuenta atrás ha comenzado. Tras un largo proceso de recuperación de la gravísima cogida sufrida el 16 de agosto en Vitigudino, el torero malagueño Saúl Jiménez Fortes ya piensa en volver a torear. De hecho, ya ha tenido su primer contacto con los trastos de torear para entrenar de salón.

Los tiempos de recuperación resultan asombrosos teniendo en cuenta la complejidad de las heridas, con traumatismo facial cervical, herida en la región laterocervical izquierda por asta de toro de 15 centímetros, herida de base de lengua y fosa amidgalina y fractura del maxilar superior, entre otras lesiones. Sólo el pundonor del diestro y el ansia por volver a torear explican este milagro.

Sólo unos días después de recibir el alta del hospital salmantino donde fue atendido, comenzaba a dar sus primeros paseos por las playas malagueñas; para proseguir una evolución progresiva tanto en Salamanca como en Sevilla, donde actualmente tiene fijada su residencia.

Muy despacio, sin pausa pero sin prisa, ha ido mejorando sin evidenciar las graves secuelas que en un principio se temieron. Cuando reaparezca, Fortes estará pleno de facultades, y actualmente se esfuerza con la ayuda de un logopeda en recuperar plenamente la normalidad en el habla. Su fortaleza física actual queda reflejada en el hecho de que, en compañía de diferentes miembros de su cuadrilla, acaba de completar el Camino de Santiago.

Falta ahora completar la puesta a punto y probarse delante de un animal en el campo, algo que con casi total seguridad sucederá a finales de este mes o comienzos del siguiente. Toca recuperar sensaciones y eliminar de la cabeza ese toro de la ganadería de Oribe que a punto estuvo de ocasionar una tragedia.

Jiménez Fortes tiene la mente puesta en la temporada de 2016, en la que tendrá que refrendar todas las buenas sensaciones que ha dejado durante las últimas temporadas en todas las plazas españolas. Lo volverá a hacer junto a su apoderado Nemesio Matías, quien ya ha mantenido contactos con las empresas para una reaparición que podía tener lugar en la Feria de Fallas de Valencia. «Este va a ser su año de verdad», ha asegurado con la confianza ciega que tiene en el torero.

Para estar al 100 por 100 el día que toque volver a vestirse de luces, el diestro malagueño se ha puesto en manos de profesionales en la preparación de toreros; una disciplina cada vez más en alza. Así, ha confiado en José Antonio Salas Lluch, conocido como el fisioterapeuta de los toreros. Profesionales de la talla de Diego Ventura, José María Manzanares, Morante de la Puebla o Sebastián Castella, entre otros muchos, también confían en este diplomado por la Universidad de Málaga.

En su clínica de la localidad hispalense de Coria del Río, Salas Lluch pondrá al servicio de Jiménez Fortes todo su equipo de profesionales que, además de fisioterapeutas, incorpora traumatólogos, podólogos, nutricionistas o preparadores físicos, entre otras especialidades dirigidas a la completa preparación de cara a una actividad de enorme exigencia tanto física como mental como es el toreo.