Don Quijote evocó en las páginas escritas por Miguel de Cervantes la edad de oro, los «siglos dichosos» de un remoto pasado, pero poco podía imaginar que un cervantista malagueño le trasladaría al siglo XXI para descubrir portentos tan variados como la televisión, el tren, el fusil ametrallador, las elecciones democráticas, los aviones -mucho más seguros que Clavileño el caballo de madera- o incluso la teoría del Big Bang, la del supuesto origen del Universo.

Esta confrontación entre Don Quijote y Sancho con el mundo de nuestros días lleva por título La venganza de Don Quijote (ediciones del Genal, 25 euros) y ha salido de la prodigiosa imaginación del escritor malagueño y experto en Cervantes Enrique del Pino.

«Hay que partir de la base de que El Quijote es pura ficción y esta es una fantasía casi, casi surrealista. Tenía mucha ilusión en escribirla porque el mundo de Cervantes de alguna manera lo conozco un poco», explica.

De hecho, el genio de Alcalá de Henares se cruzó en su camino cuando de joven leyó por primera vez El Quijote: «Me entusiasmó. Es el espíritu del Quijote el que te llega o no te llega y a mí me llegó de joven».

Pero su conocimiento de la mejor obra de Miguel de Cervantes se inició por pura casualidad hacia 1980, cuando durante los descansos de sus viajes de negocios, «me quedaba en el hotel y tras un día de faena me ponía a hacer estrofas».

Tras 15 años de trabajo y un estudio pormenorizado de las dos partes del Quijote nació El Quijote en verso, un ambicioso trabajo en décimas cuya última y reciente edición se encuentra en Amazon.

Además, Enrique del Pino es un coleccionista apasionado de ediciones españolas y extranjeras de toda la obra del Cervantes (posee más de 300 quijotes, incluidos algunos del XIX así como ejemplares en chino y japonés y un centenar largo de ediciones de las novelas ejemplares).

Con esta bagaje, además de la experiencia que le dan 40 libros a sus espaldas, ha embarcado a Don Quijote y su sagaz escudero en el mundo de nuestros días, aunque la ilustre pareja continúa empleando el lenguaje de su época, detalle estilístico que el autor comenta que no ha sido complicado de enlazar con el de los personajes actuales.

El argumento a grandes trazos comienza con el juicio divino tras la muerte de Don Quijote y posterior envío al Purgatorio, hasta que un grupo de avezados médicos consigue resucitar a Alonso Quijano a partir de sus restos de ADN. «Me documenté mucho en técnicas de reproducción asistida para darle unos visos de mediana realidad para la gente de hoy», cuenta Enrique del Pino, que destaca que Don Quijote, tras reaparecer con Sancho Panza en el siglo XXI, volverá al Lugar de la Mancha del que salió y hasta le propondrán formar un partido: Cabalgamos.

Humor, guiños cervantinos pero también un propósito: «Una de las principales tesis de la novela es el triunfo de la libertad y sustentándose en esa idea conceptual se justifica el libro», confiesa el autor. Don Quijote y Sancho han regresado a La Mancha de nuestro tiempo gracias al buen trabajo de Enrique del Pino.