Hace algo más de un mes, con motivo del nombramiento de la escritora y responsable de la Casa Gerald Brenan, Silvia Grijalba, como nueva timonel de la Fundación Rafael Pérez Estrada, se publicó en este periódico un artículo de opinión bajo el título Que termine el olvido. Y es que da la impresión de que al escritor y abogado malagueño su tierra lo ha despachado con el tributo de rigor y una sala con su legado -en el Archivo Municipal- escasamente divulgada. Afortunadamente en este 2015, quince años después de su fallecimiento, la situación parece cambiar. La Fundación estrenó este miércoles su página web, un pequeño primer paso en la que parece la dirección adecuada para celebrar la vida y la obra de un hombre que, como bien dijo Rafael Inglada, fue «un barroco hondo enemigo de la superficialidad que mejoró como persona a todo aquel que le conoció».

El site recién abierto es un apetitoso entrante del menú que Grijalba propondrá a lo largo de su gestión. Una completa biografía, una útil guía para adentrarse en su laberíntica obra, una recopilación de algunos de sus mejores dibujos y textos manuscritos -esto es, sin duda, lo más interesante de la web- y un manifiesto de la Fundación son los contenidos que, de momento, nutren la web. Y todo con un diseño muy cuidado, limpio, que busca el balance entre lo gráfico y lo textual.

Preguntada hace unos años Aurora Luque por los retos de la Fundación Rafael Pérez Estrada, respondió: «Sería muy deseable que se pudiera difundir su obra en medios no tradicionales, utilizando las nuevas tecnologías, para que todos sus libros pudieran llegar más allá de los cauces editoriales convencionales». Pongamos entonces un visto en la lista de ítems perezestradianos por cumplir. Quedan, eso sí, muchos: como, por ejemplo, empezar la edición del ingente material inédito que nos dejó tras su muerte.