La Sala Moreno Villa, en los bajos del Teatro Cervantes, es desde este viernes el Centro de Cultura Activa Pedro Aparicio, un lugar dedicado a la memoria del escenario municipal que también albergará exposiciones vinculadas al teatro y otras actividades culturales de formato reducido.

El alcalde, Francisco de la Torre, fue el encargado de inaugurar este nuevo equipamiento descubriendo una placa en homenaje a Pedro Aparicio, quien impulsó la adquisición y reinauguración del Cervantes en los años ochenta. «Es un acto de justicia por cuanto Aparicio hizo por la cultura de Málaga», señaló el edil. Por su parte, la viuda del exalcalde de la ciudad, María Ruiz de Castañeda, agradeció el gesto a De la Torre y aseguró que Pedro Aparicio «estaría encantado de ver que el Cervantes tiene vida».

El director del primer escenario de la ciudad, Juan Antonio Vigar, garantizó a los presentes que el nuevo centro «va a tener vida», ya que acogerá numerosas actividades de carácter íntimo, puesto que el aforo máximo «es de cuarenta personas», apuntó, y recordó que se trata de un proyecto que inició su antecesora en el cargo, Charo Ema, quien en 2014 comenzó a trabajar en la puesta en marcha del Servicio de Archivo, Documentación e Información (SADI), una de las tres funciones que contempla en nuevo centro.

El SADI, formado por el material informativo, gráfico o de texto, audiovisual o virtual que constituye la documentación generada por el Cervantes (programas, correspondencia, carteles, fotografías...) a lo largo de los años, está dotado de un servicio de atención personal para consultas, de estanterías para el alojamiento físico de los documentos y de ordenadores para el acceso a estos datos en versión digital.

El centro también cuenta con un espacio expositivo para proyectos vinculados al teatro, denominado Exposure, y la Sala Activa, que ayer inauguraron un fragmento del monólogo La calma, un texto de Pablo Bujalance inspirado en La tempestad de Shakespeare que fue interpretado por Eduardo Duro, y la interpretación de un dúo de Puccini, uno de los compositores favoritos de Aparicio, por parte del tenor Luis Pacetti y la soprano Lourdes Martín con el acompañamiento al piano del maestro Arturo Díez Boscovich. Con esta apertura quedó también inaugurada la nueva edición del Festival de Teatro de Málaga.