­El matador de toros malagueño Saúl Jiménez Fortes ya tiene fecha oficial para su reaparición en público tras la gravísima cogida sufrida el 16 de agosto pasado en Vitigudino. El diestro ha aceptado el ofrecimiento para volver a vestirse de luces el próximo 21 de febrero en la plaza de toros de Vistalegre de Madrid, en el festejo estrella de la Feria de Invierno que este año se recuperará en el remozado coso de Carabanchel. «Me encuentro totalmente recuperado, y sobre todo muy ilusionado. Después de tres meses de intensa preparación ya puedo decir que estoy listo para afrontar la temporada de 2016», señaló ayer a La Opinión.

La empresa Tauroemoción será la encargada de organizar este espectáculo y una novillada el día anterior, en la que harán el paseíllo Álvaro Lorenzo, Varea y Ginés Marín. Los promotores de este ciclo ofrecen a la afición madrileña un cartel cargado de emotividad, ya que será un mano a mano con David Mora y ante reses de la ganadería de Parladé. Este espada ha completado también su recuperación tras la gravísima cogida sufrida en Las Ventas el 21 de mayo de 2014, en una corrida en la que también estaban anunciados Fortes y Antonio Nazaré, y que tuvo que ser suspendida por percance de todos los actuantes.

Precisamente, este aspecto sentimental ha sido una de las claves para que Fortes decidiera adelantar la fecha de su recuperación, que inicialmente estaba prevista para la Feria de Fallas de Valencia. «Al surgir la oportunidad, consideramos que era un cartel con muchos atractivos por las dos reapariciones», señala Fortes antes de sincerarse: «Yo toreé la corrida en la que David resultó herido, fui uno de los que les llevó a la enfermería, y tengo que reconocer que es una de las cornadas que más me impactó, más incluso que algunas mías. Tras resultar cogido a continuación, aún recuerdo con horror cómo tuve que esperar a que me atendieran porque su vida corría grave peligro». Por eso su reencuentro tiene un gran atractivo. «Nos une otra vez la afición de Madrid», manifiesta el malagueño.

A la cita del 21 de febrero, Saúl Jiménez Fortes llega «con una recuperación física total y sin secuela alguna», señalando que su puesta a punto ha seguido «un proceso natural». «Tras el percance decidí apartarme por un tiempo del toro, me daba miedo hasta coger un capote, pero fue tras volver de hacer el Camino de Santiago cuando decidí volver a entrenar», comenta el torero, quien asegura que desde entonces ha sido evolucionando progresivamente hasta torear en el campo.

De estos duros meses, Jiménez Fortes se queda «con el cariño y sobre todo con el apoyo de los aficionados, ya que sentía que iban a respetar mi decisión, aunque fuera no volver a vestirme de luces». Particularmente, se queda con todos los gestos que se vivieron durante la Feria de Málaga, con pancartas en los tendidos o frases de ánimo sobre el albero. Es por eso por lo que ansia volver a estar anunciado en La Malagueta: «Desearía volver cuanto antes, si puede ser en Semana Santa mejor, y si no será en agosto».

Las Fallas de Valencia, la Feria de Abril de Sevilla o San Isidro en Madrid (donde previsiblemente estará anunciado dos tardes) deben ser sus compromisos más inmediatos tras su reaparición en Vistalegre y marcar el devenir de su campaña. Pero, ¿van a ver los aficionados a un nuevo Fortes tras el milagro de Vitigudino? «Va a ser distinto seguro, sobre todo porque todos los toreros evolucionamos y mejoramos durante el invierno, y lamentablemente este proceso ha sido esta vez para mí más largo y dramático».

Pese a que las secuelas físicas son inexistentes, el matador aún tiene que verificar que las mentales también han desaparecido. Durante estos seis meses en el dique seco, se ha replanteado si «realmente» quería ser torero. «Sobre todo quiero ser más honesto conmigo mismo, no dejarme llevar por la inercia a la que te lleva el ansia de triunfo», concluye.

Fortes tiene otra fecha en la cabeza, la del 31 de enero, cuando organiza una jornada en La Malagueta a beneficio de la Fundación Luis Olivares y el Secretariado Gitano.