Aún no habían terminado las celebraciones de su 69 cumpleaños y del lanzamiento de su nuevo trabajo, Blackstar, cuando sobrevino la oscuridad. El fallecimiento de David Bowie resonó la mañana del lunes en todo el mundo -aunque se produjo la noche del domingo- y la conmoción sigue estando muy presente, dos días después, en las redes sociales. Los perfiles de Facebook, Twitter e Instagram de músicos y bandas de todo el planeta se llenaron de palabras, fotografías y vídeos en recuerdo al músico británico. Desde Madonna a Paul McCartney, pasando por los Rolling Stones, Iggy Pop o Lenny Kravitz, rindieron homenaje al autor de Space Oddity. La tristeza también era evidente entre los músicos españoles -Jaime Urrutia, Santiago Auserón y Alaska, entre otros muchos, expresaron su pesar en sus perfiles- y por supuesto en Málaga, donde el Duque Blanco cuenta con una legión de seguidores de aupa.

Uno de los más fieles es Javier Ojeda, que se mostraba incapaz de digerir la noticia de la muerte de una figura fundamental en su carrera: «Me he quedado sin habla al enterarme del fallecimiento de David Bowie, uno de mis ídolos de toda la vida, sin duda uno de los más grandes del rock de todos los tiempos y homenajeado en Locos por sentir («suena Bowie, let's dance»), una de las canciones del próximo Barrio de La Paz Actos 2 & 3. La estética de su etapa berlinesa influyó muchísimo en toda la generación que vino tras el punk incluyendo a unos chavales imberbes de Málaga llamados Danza Invisible. Hoy la música está de luto».

Agradecimientos y recuerdos. La influencia del trasgresor artista de Brixton no conocía estilos, fronteras ni generaciones, lo que explica que músicos malagueños tan dispares expresaran sus condolencias al unísono y agradecieran a Bowie su herencia. Pablo Alborán escribió «Bowie para siempre» en su Facebook, palabras que acompañó con una fotografía del británico. Por su parte, Anni B Sweet comentaba que «su música lo mantendrá siempre vivo y cerca». En el perfil oficial de Chambo, LaMari reflexionaba sobre la capacidad de evocar de las canciones de Ziggy Stardust: «A cuántos lugares increíbles has podido transportarnos con tu música y tu arte». Por su parte, Vanesa Martín aseguraba que «tristemente se va un genio», mientras que Diana Navarro se despedía de su admirado con un «Hasta siempre. ¡Grande!».

Los recuerdos se amontonaban en el perfil del grupo Tom Cary, en el que Pablo Garrido escribía: «Lo primero que me compré de Bowie fue un casette con los títulos en español de La ascendencia y caída de Ziggy Stardust y las arañas de Marte. Tendría 14 ó 15 años y fue en una tienda de segunda mano que había en calle Ollerías que se llamaba Discolibro. Este cassette era «el cassette». Qué tiempos y qué recuerdos, gracias David». En otro sentido, Ricardo Texidó, componente original de Danza Invisible, argumentaba que los últimos movimientos de Bowie formaban parte de un elegante plan urdido por el músico. «Con premeditación y alevosía. Bowie ha convertido 2016 en su año. Ha tramado con precisión quirúrgica su despedida del mundanal ruido para corroborarnos de que él, tantas veces disfrazado y cambiante era un ser sobrenatural. Su inteligencia, humor y sonrisa conquistaron al más antipático de sus enemigos. Cumpleaños, ultima obra, Lazarus, muerte, ¿coincidencias? No, David Bowie is playing (jugando y tocando) with the death».

Pese a su juventud, el líder del grupo The Loud Residents, Sixto Martín, consideraba a Bowie como «uno más de la familia», y lamentaba con rabia su muerte: «Por muy nihilista que pueda sonar, el mundo ya es un lugar peor, el rock and roll tiene los días contados y la mayoría, los que tomamos a Bowie como alguien cercano a nosotros, sin siquiera haber coincidido con él por motivos de generación (más allá de su atemporalidad), seguimos siendo incapaces de tragar la noticia».

Otros muchos músicos locales, como el cantante de Free Soul Band, Javier Vela («Adiós David e infinitas gracias por todo»); Javier Martín («Otro que no tenía que haberse ido nunca...jamás»); Grajo Rockola («Se marcha uno de mis referentes culturales mas importantes»); Paula Gaviño («El día mas doloroso para la historia de la música ha llegado. Al menos para mí, que crecí escuchando a este genio») o Francisco Eduardo Conde («Es un día triste para mí, ya que ha sido una presencia constante en mi vida») dejaron constancia de su dolor por la marcha del Duque Blanco.