El retrato que hizo Goya en torno a 1798 de don Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco, IX duque de Osuna, se exhibe desde este martes y hasta el 24 de abril como "La obra invitada" del Museo del Prado, en una sala en la que también hay, entra otras, una pintura de la familia al completo.

Es un préstamo temporal de la Frick Collection de Nueva York, un óleo recientemente limpiado en el Metropolitan Museum de la misma ciudad, lo que ha desvelado "mucho más la belleza, la calidad y la técnica del artista", ha explicado durante la presentación Manuela Mena, jefa del Área de Conservación y Pintura del siglo XVIII y de Goya del Prado.

Se trata de una de las pinturas más interesantes del maestro aragonés de entre las conservadas en la Frick Collection, y es la primera vez que se puede contemplar junto al cuadro que también Goya pintó de la familia de este duque de Osuna en 1785, del que hizo de Carlos IV y su esposa Luisa de Parma y del retrato que Joaquín Esteve realizó de Joaquina Téllez-Girón, hija de los duques.

"No es una exposición sobre la familia Osuna, pero el cuadro se ve así dentro del contexto de la Ilustración -está asimismo "La agricultura", de la serie de Goya dedicada a "La ciencia", "El comercio" y "La industria"- y con los reyes de los que el IX duque de Osuna fue gran apoyo", ha referido a Efe Mena.

La conservadora ha destacado que también es "importante" verla junto a otras obras de Goya, del que don Pedro de Alcántara fue uno de sus más eminentes patronos desde mediados del decenio de 1780. Tras su muerte, el artista trabajó para su mujer y sus hijos hasta 1817, y algunos de estos trabajos forman parte de la colección del Prado.

Además del citado retrato de la familia al completo, también posee el de la marquesa de Santa Cruz (1805) y el de la duquesa de Abrantes (1816), así como el especial "Vuelo de brujas", uno de los "asuntos de brujas" de la serie que Goya vendió al duque en 1798. La pinacoteca tiene 150 pinturas, 500 dibujos y numerosos documentos del artista aragonés.

Por ello, por ser "un gran centro de investigación de Goya", la Frick Collection está "encantada" de ceder temporalmente el retrato del duque, que no volvía a España desde 1896, cuando se produjo la venta de la colección Osuna por la bancarrota familiar, ha apuntado el jefe de Conservación del museo neoyorquino.

"Se supone que fue a París y desde allí a Nueva York", donde el magnate de la industria del acero Henry Clay Frick (1849-1919) compuso una impresionante colección artística con la idea de que a su muerte y a la de su esposa pasara a ser del dominio público.

Una peculiaridad de este retrato de don Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco, que busca exhibir su personalidad sensible y entusiasta, es que Goya utilizó lapislázuli para el fondo y el traje del modelo. "Eso no sólo aumenta el valor económico del cuadro, sino que le da otra dimensión de enorme interés", explicaba Mena.

Vestido a la moda de fines del decenio de 1790, con una casaca azul en la que no luce ninguna medalla militar, sólo demuestra su estatus apoyándose en un bastón de mando castrense, curiosamente el mismo con el que su heredero juega al caballito en el cuadro familiar que cuelga a la derecha de este retrato.

Para divulgar las dimensiones artísticas de esta obra y su contexto histórico, a partir del 26 de enero los martes a las 11:30 horas y a las 16:30 se ofrecerán explicaciones en la sala 34 del edificio Villanueva, donde se encuentra.

El programa "La obra invitada", patrocinada por la Fundación Amigos del Museo del Prado desde 2010, pretende enriquecer la visita a la pinacoteca y establecer un término de comparación que permita reflexionar sobre la colección propia.