No hay que ser un erudito para saber que Picasso supuso un antes y un después en la historia del arte. Su importancia fue tal que incluso se llegó a pensar que tras su desaparición todo habría terminado en la pintura. La exposición Arte español en la colección de la Fundación Picasso, inaugurada en la sala de exposiciones de la Casa Natal, profundiza en la creación española tras el fallecimiento del genio malagueño, el 8 de abril de 1973. Y lo hace para constatar, a través de 45 piezas de obra gráfica contemporánea de artistas como Tápies, Miró, Chillida, Gordillo, Antonio Saura o Equipo Crónica, entre otros autores, que sí hubo vida en el arte patrio tras el vendaval provocado por Picasso.

La exposición, que podrá visitarse hasta el próximo 5 de junio, ha sido elaborada con fondos propios de la institución malagueña y refleja cómo los creadores españoles continuaron, «cada uno con su propio estilo» el camino abierto por Picasso, según aseguró Mario Virgilio Montañez, comisario de la muestra . «Son artistas que conocieron y admiraron a Picasso pero que eligieron su propio discurso», matizó.

Montañez aseguró que este proyecto tiene como origen una frase pronunciada por Dora Maar: «Sin Picasso, no hay nada, y después de Picasso, sólo queda encontrarse con Dios». Aunque el panorama artístico español no se detuvo en la nada en los años posteriores a 1973, sino más bien germinó un jardín de posmodernidad estética. «Todos estos artistas conocían y admiraban la obra de Picasso y no podían ser ajenos a la influencia y al magisterio picassiano», destacó Mario Virgilio Montañez.

Lo curioso es que Picasso representó una importantísima influencia en sus coetáneos pero ese influjo no viajó en dirección contraria, ya que en las creaciones del malagueño «no hay influencias, sino una consecuencia de una tradición», matizó el comisario de la exposición.

El recorrido de Arte español en la colección de la Fundación Picasso se detiene, como no podía ser de otra manera, en la influencia del autor del Guernica en los artistas malagueños, como puede observarse en los grabados de Enrique Brinkmann, Francisco Peinado o José María Cabra de Luna que se exhiben. La colección artística de la Fundación Picasso abarca un conjunto de más de 4.000 piezas de más de 200 artistas diferentes. La primera obra de Picasso que llegó a la colección fue la carpeta Sueño y mentira de Franco, gracias a la donación en 1989 de su nieta Marina. En 2004 y 2005 se producirías las importantes adquisiciones de los más de doscientos grabados de la colección Jan Lohn y del cuaderno preparatorio de Las Señoritas de Aviñón.