Tricicle vuelve al Festival de Teatro de Málaga, y lo hace con Bits, un montaje -aseguran que es el último de creación de la compañía- que ya ha sido visto por 418.603 espectadores. Con el auge de las nuevas tecnologías y las redes sociales de fondo, Joan Gràcia, Paco Mir y Carles Sans protagonizan un espectáculo repleto de sátira y en el que más se les escucha hablar. Aseguran haber contado las risas que provocan en cada función, nada menos que 545, el mismo número de gags que realizan. Bits estará en el Teatro Cervantes mañana viernes (20.00), el sábado (18.30 y 21.00) y el domingo (19.00).

¿En un montaje tan trepidante, queda espacio para la improvisación?

Poco, la verdad. Si la partitura funciona, prefieres quedarte con ella a lanzarte al vacío y perder dos o tres gags. Para los que hacemos comedia, perder un gag es como si te sacaran una muela. Por eso improvisamos poquito. De hecho, si cronometras el espectáculo de hoy y el del día siguiente, sólo habrá una diferencia de un minuto o un minuto y medio. La sucesión de gags es trepidante, lo que requiere de medir todo muy bien. Todo está muy bien preparado y ensayado.

Les ha pasado como a Chaplin, que terminó por hablarle al público en sus últimas películas...

Bueno, Bits sigue siendo un espectáculo sin texto. Lo que pasa es que hemos introducido algún pequeño diálogo en algún fragmento de la función. Y eso ha provocado que algunos se sorprendieran. Somos dueños de nuestro propio género y creo que tenemos el derecho moral de cambiar en un momento determinado si nos hace falta incluir una frase.

Todos conocemos a ese tipo de personas que después de hacer una tortilla, le hace una foto para mostrarla en las redes sociales. ¿La tecnología nos ha vuelto más imbéciles?

Creo que como todas las cosas, la tecnología tiene una parte buena y otra parte mala. La parte buena, dicen, es que la gente se comunica más que antes y que hay una interrelación permanente. Pero también es verdad que ha aumentado muchísimo esa necesidad de protagonismo, de «yoísmo» que tiene el ser humano. Porque ahora la gente se siente muy importarte al verse propagado por la red. La parte del protagonismo desmesurado es la que a mí menos me interesa.

También los hay que nunca se pronuncian sobre ningún asunto delicado en su vida y que después son capaces de llamar al linchamiento a través de su Facebook.

Sí, esa es otra. También hay un punto de agresividad y mala educación muy grande. La gente se escuda detrás del anonimato para poder ser agresivo, insultar y opinar de una manera poco adecuada. No sé, todo se ha disparado de una manera un tanto exagerada. Por eso creo que hay una parte buena y otra que no lo es.

Aseguran que Bits es su último espectáculo de creación. ¿Se ven lejos de las tablas?

Nunca se sabe, la verdad. Llevamos muchos años con esto. Y hay una parte que cada vez se nos hace más difícil, que es la de los viajes, estar en un hotel esperando a que llegue la hora de la función en una ciudad mil veces vista... Todo eso se hace un poco más duro con los años. Y es la parte que nos hace tener ganas de parar. Pero también es cierto que cuando las cosas van tan bien como van, y se llenan los teatros como se llenan, pues te da un poco de pena. De todas formas nuestra retirada no es de hoy para mañana. Nos queda un espectáculo de grandes éxitos. No es una retirada de hoy para mañana.

¿Han percibido una menor afluencia de público por el hecho de ser catalanes?

Este es un tema muy sensible. No sé si alguien ha dejado de venir a vernos por el hecho de ser catalanes. Me parecería una estupidez porque catalanes somos muchos y cada uno tiene su manera de pensar. Y no se puede meter en el mismo saco a todo el mundo. No lo sé, lo que sí te puedo decir es que allá donde vamos, el teatro se llena. Y no me parecería acertado si alguien se quedase en casa porque seamos catalanes.

También sería una pena tener que sacar el pasaporte para ir a verles a Barcelona.

Creo que no habrá que llegar a eso. Hay caminos y conversaciones que quedan pendientes y que ojalá algún día se desencallen. Pero no creo que haya la necesidad de llegar a este punto.

¿Qué opina de que llevemos unos 50 días sin Gobierno?

Hay una necesidad imperiosa desde hace muchos años a que el IVA cultural baje y todos los partidos, excepto el PP, han prometido que van a bajarlo. Así que, entre otras razones, necesitamos que se forme un Gobierno capaz de ser sensible al mundo de la cultura.