"Es un libro que no quería publicar". Con esta afirmación comenzó ayer el poeta y columnista de La Opinión de Málaga, Jesús Aguado, la rueda de prensa de presentación de su último libro, Carta al padre, una obra compuesta por cuatro partes, dos en prosa poética y dos formadas por poemas, en las que el artista analiza, desde la distancia, sin juzgar, las relaciones con la figura paterna. La presentación se celebró ayer en el Restaurante Saporem, de Madrid.

"Es un libro que no había escrito para publicar sino para curarme", precisó, en una suerte de "escritura terapia" en la que se hizo muchas preguntas, porque sin contestarlas, o, al menos, hacérselas, "no podía seguir avanzando". La obra forma parte de la colección Vandalia de la Fundación José Manuel Lara y es la segunda colaboración del poeta con la misma, tras su prólogo a la antología de Rafael Pérez Estrada.

Pese a todo, no se trata de un ajuste de cuentas con su padre. "He procurado no hacer juicios morales, no juzgo a mi padre, sino que dialogo con él", aclaró el autor, para asegurar, acto seguido, que con este libro ha comprendido "lo difícil que es ser padre". De hecho, definió su última obra como un trabajo "de alguien profundamente cobarde", porque tal vez hasta ahora no tuvo las herramientas para decir lo que ha dicho en estas piezas de prosa poética.

No hay un padre, sino muchos. "En la primera parte hay padres inventados, soñados, conocidos o leídos", dijo Aguado, un tramo del libro en el que prueba "las diversas distancias con la figura del padre para ver dónde estaba más a gusto", añadió. De hecho, en su opinión, honra a su padre con este libro. En la segunda, ve a su progenitor desde los ojos de un niño pequeño, mitificando su figura, de forma que ese ser inocente lo va entendiendo. La tercera es más complicada, porque narra el fallecimiento del padre a través de un diálogo con los alrededores de esa agonía, de los objetos que la conformaban. "No lo miraba a los ojos, sino que fui testigo desde los alrededores de la muerte de mi padre", indicó.

En la cuarta parte, hay dos poemas que reúne a todos los padres, "una reflexión sobre mi padre y sobre la muerte", reseñó, y repitió: "No lo quería publicar, de hecho mi familia no sabe que ha salido", para insistir en que no es un ajuste de cuentas pues con el libro ha entendido cosas. "Me he ahorrado una pasta en psicólogos", ironizó.

"Hay textos duros... Pero hay cosas que no me he contado a mí mismo", recalcó el escritor. "He descubierto que casi todo lo que he escrito es una carta al padre. La reunión de mi obra completa se titula El fugitivo, llevo toda la vida fugándome de la figura del padre", aseveró. Antes, de hecho, escribió dos libros inspirados en su hija. "El libro sobre mi padre culmina una doble visión, el punto de vista del padre que soy y el del hijo que he sido", señaló.

"Siempre me ha fascinado el abismo y el vértigo que abren, contra sus propios intereses más conservadores, las relaciones institucionalizadas como esta de padre e hijo", aclaró el articulista, dado que la "lucha entre obligaciones que que impone esta institución y la necesidad de construirse una identidad al margen de ella o, en ocasiones, enfrentándose a ella es un reto ineludible".

El uso del poema en prosa es la forma de expresión poética hallada para relacionarse con su padre, la manera "más apropiada", añadió, tras lo que leyó dos piezas del libro a los periodistas.

Carta al padre remite al libro homónimo de Kafka, aunque en el caso del escritor centroeuropeo sí hay juicio. Ignacio Garmendia, editor de Vandalia, desveló que fue la poeta malagueña Aurora Luque la que aconsejó la publicación de esta obra, y consideró que Jesús Aguado "mantiene su transgresión a través de caminos formales y en forma de erudición, una de las formas de rebelión que nos quedan hoy en día". "Es un libro singular, muy osado y brutal", resumió Garmendia.